Paseo a un jardín chino tradicional.
Hace unos diez días Ulises y yo nos fuimos de excursión a conocer un jardín que me habían recomendado mucho unos amigos mexicanos. Forma parte de un convento budista pero solamente se pueden visitar los jardines y el templo que alberga al Buda.
Para llegar elegí el camino largo: primero el ferry a Central, luego el Star Ferry hacia Tsim Sha Tsui, luego un autobús de dos pisos que recorre todo Kowloon y por ultimo una caminata de unos diez minutos. También se puede llegar, mucho mas rápido, con el metro pero a mi me gusta mucho ir viendo las calles, observando la gente que va y viene, reconociendo poco a poco las diferentes zonas de Hong Kong.
Entrar al templo de la Chi Lin Nunnery es sumergirte en otro mundo donde los rascacielos desaparecen y el interminable murmullo de los autos y camiones pasando por las avenidas se transforma en el suave murmurar del agua en los estanques llenos de lotos y koi o carpa dorada.
Perfectamente simétrico, balanceando agua, piedra y vegetación, el primer patio protege al santuario del bullicio del mundo exterior y permite que el cuerpo y la mente se aquieten y preparen para el encuentro con el Buda. Subiendo las escaleras que llevan al centro del templo, escuchamos monjes cantando sus rezos; al buscar el origen del sonido descubrimos que provenía de altavoces discretamente colocados bajo el techo. ¡Nosotros queríamos queríamos ver a los monjes!
La estatua del Buda es muy parecida a las que vimos en Tailandia, todo de oro, sentado en la posición de flor de loto con una expresión de paz dibujada en la cara. En los otros salones están las imágenes de otras personas que alcanzaron la iluminación al igual que el Buda; una muy visitada es la de una mujer que decidió continuar de manera voluntaria en el ciclo de la reencarnación y así ayudar a las demás personas. Uno de los detalles que me gustó es que cada figura tenía una mesa delante con cuatro candelabros y algo que parece una gran tetera hechos de porecelana, cada juego con un diseño diferente.
El área del templo está conectado con el jardín con un amplio puente de piedra que en esté momento está en restauración, por lo que no pudimos utilizarlo.
Una enorme puerta de madera tallada da acceso al jardín donde disfrutamos del diseño y la armonía de la arquitectura del paisaje: árboles delicadamente recortados contrastando con rocas talladas por aguas milenarias, lagos artificiales rodeados de construcciones típicamente chinas, silencio de la naturaleza con edificios observándonos desde las alturas...
Al fondo del jardín nos encontramos con un tea house de donde salía un delicioso aroma ¡a café! Los habitantes de Hong Kong cada día se acostumbran más al tomar café, fomentado por grandes cadenas como Starbuck´s, sin dejar de lado el té en todas sus versiones (verde, negro con leche, de jazmín).
Ulises y yo nos sentamos junto a la ventana desde donde observamos pasar a la genta mientras disfrutábamos de unos excelentes capuchinos.
Para terminar el día, saliendo del parque fuimos a ver cómo jugaban rugby Ana Paula y Andrea, quienes participaron en un torneo con el equipo de la escuela.
Como no puedo subir treinta y tantas fotos al blog, de nuevo los mando al enlace de FB.
Para llegar elegí el camino largo: primero el ferry a Central, luego el Star Ferry hacia Tsim Sha Tsui, luego un autobús de dos pisos que recorre todo Kowloon y por ultimo una caminata de unos diez minutos. También se puede llegar, mucho mas rápido, con el metro pero a mi me gusta mucho ir viendo las calles, observando la gente que va y viene, reconociendo poco a poco las diferentes zonas de Hong Kong.
Entrar al templo de la Chi Lin Nunnery es sumergirte en otro mundo donde los rascacielos desaparecen y el interminable murmullo de los autos y camiones pasando por las avenidas se transforma en el suave murmurar del agua en los estanques llenos de lotos y koi o carpa dorada.
Perfectamente simétrico, balanceando agua, piedra y vegetación, el primer patio protege al santuario del bullicio del mundo exterior y permite que el cuerpo y la mente se aquieten y preparen para el encuentro con el Buda. Subiendo las escaleras que llevan al centro del templo, escuchamos monjes cantando sus rezos; al buscar el origen del sonido descubrimos que provenía de altavoces discretamente colocados bajo el techo. ¡Nosotros queríamos queríamos ver a los monjes!
La estatua del Buda es muy parecida a las que vimos en Tailandia, todo de oro, sentado en la posición de flor de loto con una expresión de paz dibujada en la cara. En los otros salones están las imágenes de otras personas que alcanzaron la iluminación al igual que el Buda; una muy visitada es la de una mujer que decidió continuar de manera voluntaria en el ciclo de la reencarnación y así ayudar a las demás personas. Uno de los detalles que me gustó es que cada figura tenía una mesa delante con cuatro candelabros y algo que parece una gran tetera hechos de porecelana, cada juego con un diseño diferente.
El área del templo está conectado con el jardín con un amplio puente de piedra que en esté momento está en restauración, por lo que no pudimos utilizarlo.
Una enorme puerta de madera tallada da acceso al jardín donde disfrutamos del diseño y la armonía de la arquitectura del paisaje: árboles delicadamente recortados contrastando con rocas talladas por aguas milenarias, lagos artificiales rodeados de construcciones típicamente chinas, silencio de la naturaleza con edificios observándonos desde las alturas...
Al fondo del jardín nos encontramos con un tea house de donde salía un delicioso aroma ¡a café! Los habitantes de Hong Kong cada día se acostumbran más al tomar café, fomentado por grandes cadenas como Starbuck´s, sin dejar de lado el té en todas sus versiones (verde, negro con leche, de jazmín).
Ulises y yo nos sentamos junto a la ventana desde donde observamos pasar a la genta mientras disfrutábamos de unos excelentes capuchinos.
Para terminar el día, saliendo del parque fuimos a ver cómo jugaban rugby Ana Paula y Andrea, quienes participaron en un torneo con el equipo de la escuela.
Como no puedo subir treinta y tantas fotos al blog, de nuevo los mando al enlace de FB.
Nunca pensé que existiera un lugar como Chi Lin Nunnery en Hong Kong! Fui cuando recién llegué hace como 3 años y está impresionante! Otro lugar muy recomendable, pero menos tranquilo, es el templo taoísta en Wong Tai Sin.
ReplyDeleteSaludos!