Cuarentena

¿Qué se siente vivir en una ciudad en cuarentena? Creo que esta foto que tome hace dos días camino a Central transmite algo de este momento como detenido en el tiempo que estamos viviendo:

Hong Kong es como una sombra de sí misma, gris y apagada, con sus más de siete y medio millones de habitantes suspendidos en la incertidumbre creada por el Covid-19. Siento como que el día a día ha perdido sus contornos, sus puntos de referencia, su estructura; es difícil recordar qué fecha es o en qué día de la semana estamos.


La mayoría de la gente trata de salir lo menos posible de casa y muchas empresas han cambiado a la modalidad de home office. Al mismo tiempo, las escuelas han estado cerradas desde fines de enero y está programado que los alumnos regresen el 16 de marzo, si la situación mejora, claro está. Los chicos están ocupados ya que las clases siguen en línea, pero la enseñanza a distancia es todo un reto para los profesores, y requiere de mucha disciplina por parte de los alumnos y apoyo y guía por parte de los padres. 

La siguiente fotografía la tomé temprano en la mañana. Este puente peatonal lleva de los ferries hacia el IFC y la estación del metro en Central y a esa hora normalmente está llena de gente yendo y viniendo.
Como pueden ver, todos llevan cubrebocas, uno de los artículos que prácticamente han desaparecido de las tiendas (y si los encuentras están a un precio desorbitante), al igual que los desinfectantes, los geles antibacteriales, el arroz y ¡el papel de baño!
 
Resulta que la semana pasada en los medios sociales locales corrió el rumor que habría desabasto de papel de baño puesto que las fábricas están en China. Todavía esta semana, en cuanto surten los supermercados, el papel vuela en cuestión de minutos.  Yo me preguntaba dónde habrá metido la gente tooodos esos rollos que compraron hasta que alguien compartió la siguiente foto en medios sociales:


¿Estoy apanicada? La verdad, no. Como familia sólo tomamos las medidas de higiene recomendadas: lavarnos las manos inmediatamente al llegar a nuestro destino, o usar un gel antibacteria en su defecto, y utilizar el cubrebocas cuando estamos en el metro o el autobús. 

Aunque sí me he enterado de gente que está apanicada, sobre todo aquellos que aún recuerdan la epidemia de SARS en el 2003. Una amiga, por ejemplo, en cuanto regresa del trabajo se cambia toda y echa su ropa a lavar inmediatamente.

El otro día en el supermercado vi a una pareja joven con unos seis o siete costales de arroz en el carrito; si cada uno contiene 8 kilos, ya podrán sacar las cuentas para cuánto tiempo les alcanzará esa dotación. Lo más probable es que se les eche a perder antes de que se lo puedan terminar.

También he visto a gente dentro de su coche, completamente solos, usando cubrebocas. 

Lo más curioso de todo es que los ladrones ahora buscan robar cubrebocas, guantes y papel de baño. Hace unos días tres personas armadas con cuchillos amenazaron a un repartidor a punto de hacer una entrega de papel higiénico a un supermercado, robándose cientos de rollos. Les dejo un enlace de RTHK, y otro enlace del South China Morning Post.

Otro tema que me echa a andar es una huega que hicieron los médicos y enfermeras a principios del mes con el fin de presionar al gobierno para que cerrara completamente las fronteras de Hong Kong, argumentando que mantener las fronteras abiertas era "mandarlos a una muerte segura" (?). A mí me quedó la duda si estaban tratando pacientes con neumonía o si nos estaban engañando y en realidad tenían ébola los enfermos...

En la ciudad por el momento hay poco más de 60 casos, y las personas que han estado en contacto con los enfermos  o que visitaron China en las últimas semanas han sido puestos en cuarentena. El gobierno también está tratando de repatriar unos 2000 habitantes de Hong Kong que se encuentran en la provincia de Wuhan. El problema es que no encuentran un espacio adecuado para mantenerlos separados del resto de la población durante las dos semanas del periodo de incubación. Ante las propuestas del gobierno, ya ha habido manifestaciones, incluso violentas, en contra estos centros. Ni quien entienda a la gente: por un lado hay críticas muy fuertes al gobierno por "abandonar" a sus ciudadanos en Wuhan, y por el otro no quieren que esas personas sean alojadas en su barrio -como si Hong Kong tuviera cientos de kilómetros cuadrados donde colocar un centro de cuarentena.

Bueno, basta de opiniones. Así como los días nublados se alternan con días soleados y brillantes, igual esta situación pasará y la vida regresará a su cauce normal.

Y para reirse un poco, les dejo el enlace a un cover de la canción Torn, parodiando las reacciones de los habitantes de Hong Kong:  Coronavirus Parody
 


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