Junk Boat

Este verano y otoño han sido de los más calurosos que se hayan registrado jamás en Hong Kong. Tampoco ha llovido tanto como debería, dejando las presas con niveles bastante bajos de agua. En parte estos cambios son resultado del calentamiento global, pero también porque este año se dio el fenómeno del Niño, lo que ha modificado el tiempo en el sureste de Asia. Por un lado me ha gustado que no haya llovido tanto y que casi todos los huracanes hayan tomado rumbo hacia Taiwan, pero por el otro hemos tenido que usar mucho más el aire acondicionado.


Seguro recordarán que se ha vuelto tradición rentar un barco y salir pasar un día de sol, mar y diversión en compañía de otras familias hispanohablantes.
 

Este año estuvieron representados México, España, República Dominicana, Argentina, Brasil... Espero no haber olvidado ningún país, jeje.

Pero por primera vez el clima no fue benévolo con nosotros: uno de los pocos huracanes en dirigirse hacia el noroeste pasó cerca de Hong Kong y trajo lluvia y fuertes vientos justo para el fin de semana que habíamos reservado el barco. 
Desgraciadamente en este caso no lo suficientemente fuertes como para poder cambiar la fecha porque solamente se puede reprogramar la salida si el observatorio de Hong Kong declara nivel T8 antes de las diez de la mañana.

Hasta parece un cuadro impresionista.

Pero sí pudimos aprovechar algunas horas de agua y diversión, nadando, saltando desde el techo del barco y dando vueltas en la banana hasta que el capitán dio el aviso de que llegaba la lluvia y había que volver.
Ni la lluvia que les golpeaba la cara logró que los adolescentes entraran a la cabina: bajo la mirada preocupada de padres y tripulación, los chicos se quedaron sentados en la proa, muertos de risa hasta que llegamos de regreso a Central.

El capitán con su marinero