Diciembre

Ha comenzado a hacer frío, llevamos tres o cuatro días que amanece a cinco o seis grados aunque con el viento helado que viene del mar se resiente mucho más. Ya sacamos los edredones gruesos, las cobijas adicionales y los calentadores eléctricos, aunque ha habido noches en que no descansamos porque se enfrían tanto las habitaciones o porque, al contrario, hace demasiado calor en las recámaras. Como es el primer invierno que pasamos en esta casa, todavía nos hace falta encontrar dónde colocar los calentadores para tener el departamento a buena temperatura. Los gajes de vivir en Hong Kong, donde no hay calefacción y las casas no están construídas para mantener el calor.

Cambiando totalmente de tema, hoy en la noche estamos invitados a una posada en casa de nuestros amigos Yrene y John. Ya están listas las piñatas, y cada uno de nosotros va a llevar algo de comer. Una amiga va a preparar sopes, otra lleva tinga, alguien más ofreció una lasagna y nosotros queremos llevar conchas. También habrá pozole y ponche, así que por lo menos una noche no nos sentiremos tan lejos de México.

Ojalá me queden bien las conchas, este verano compré en México un recetario de pan mexicano y estamos experimentando. Esta semana, por ejemplo, Santiago hizo puerquitos de piloncillo para la fiesta de navidad de su salón. Como no tenemos cortador en forma de puerquito, usó uno de erizo. ¡Quedaron deliciosos!

Por cierto que fue bastante curioso cómo conseguimos este horno. Hay una asociación que visita a los presos de las cárceles de Hong Kong, en la que participa Ulises. Van siempre el segundo sábado de cada mes, y para Navidad y Pascua les dejan celebrar un servicio religioso. La comunión se da en forma de pan y Ulises se ofreció que nosotros lo haríamos en esta ocasión, todavía sin tener horno en la casa.

El pan que llevaron a la cárcel.
 A los pocos días me encontré a un amigo que también está en este grupo, quien me dio las gracias por apoyarlos con el pan, a lo que le contesté que ganas no nos faltaban pero que necesitábamos comprar un horno ya que la casa nueva no tenía. Pues resulta que este amigo estaba vendiendo su horno y quedó como hecho a la medida para nuestra cocina.
 
¡El paaan! ¡Riiico paaan!
Un factor interesante es el horno porque es eléctrico; aunque tenemos el instructivo, no es nada detallado y tenemos que ir probando diferentes recetas para encontrarle las mañas. Aparte de que tiene como ocho programas, para descongelar, con calor de abajo, de arriba y abajo, sólo arriba para gratinar...
Como ven, soy feliz mezclando harina, agua, levadura, sal, azúcar, para crear panes dulces y salados, grandes y chicos. ¡Provecho!



Comments

  1. Pan!! Qué padre que se trajeron ese libro, se ve delicioso! Se anotoja más ahora que ya se llegó el friecito. Buen provecho!

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