Tarde de cine
Hace un año, cuando terminó el ciclo escolar, mis compañeros del departamento de lenguas extranjeras me obsequiaron dos tarjetas de regalo: una para el utilizarse en cualquier sala de la cadena de cine Broadway, y la otra para la cafebrería Kubrick, especializada en libros de arte y artículos relacionados con el séptimo arte.
Unas semanas atrás, una tarde de lluvia perfecta para ir al cine y luego cenar alguna cosilla, Ulises y yo nos fuimos de excursión hasta Yau Ma Tei, en Kowloon. El cine con su cafetería anexa se encuentran en la plaza central de un conjunto habitacional remodelado hace algunos años, y está un poco escondido. Lo bueno es que mi amiga Marissa, gran exploradora de la ciudad, en alguna ocasión me había invitado a esa cafetería a tomarnos un café, por lo que no tuvimos problemas para llegar.
Como casi todas nuestras salidas, lo primero que hicimos fue tomar el ferry a Central; ahí simplemente nos pasamos al muelle de al lado para subirnos al Star Ferry para cruzar a Tsim Sha Tsui; y finalmente tomamos un autobús que nos dejó a dos cuadras de nuestro destino.
De todas las películas en cartelera ese día, la verdad sólo se me antojaban dos, Es war einmal in Deutschland... y Cold War, esta última nominada al Óscar por mejor película extranjera, al igual que Roma, de Alfonso Cuarón. Por cuestiones de horario, elegimos la segunda.
Pero antes de que les platique sobre la peli (como dicen los españoles), me gustaría que vieran el corto que ponen en esta cadena de cines para recordar las reglas de urbanidad Broadway Cinema (enlace) a los espectadores.
Me gustó bastante la película. La trama toca muchos temas profundos como las relaciones de pareja, las consecuencias de nuestras decisiones, la separación artificial con fronteras e ideologías, entre otros. Temas universales para reflexionar y hablar y debatir... No sé si se pueda considerar que tiene un final feliz; al menos sí puedo decir que para mi fue inesperado. En resumen, no es la típica película de Hollywood con villanos y héroes. Curiosamente, al igual que Roma,es un homenaje al pasado, en este caso a la historia de amor de los padres del director, Paweł Pawlikowski. Y no es la única semejanza con Roma, ya que también fue filmada en blanco y negro
Terminada la función teníamos hambrita, por lo que fuimos al restaurante a cenar. Claro que me di una vuelta por la sección de la librería, pero obviamente el 90% de los libros están en chino. Aún así se me hace interesante ojear las estanterías y ver cuán diferente son las portadas de los libros entre China y el mundo occidental.
Con la panza llena, la cabeza con mil pensamientos relacionadas por la película, y el corazón pleno por nuestro tiempo en pareja emprendimos el camino a casa, muy satisfechos con nuestra salida.
¡Muchas gracias, Richard, Catuxa y Jocelyn!
Unas semanas atrás, una tarde de lluvia perfecta para ir al cine y luego cenar alguna cosilla, Ulises y yo nos fuimos de excursión hasta Yau Ma Tei, en Kowloon. El cine con su cafetería anexa se encuentran en la plaza central de un conjunto habitacional remodelado hace algunos años, y está un poco escondido. Lo bueno es que mi amiga Marissa, gran exploradora de la ciudad, en alguna ocasión me había invitado a esa cafetería a tomarnos un café, por lo que no tuvimos problemas para llegar.
Como casi todas nuestras salidas, lo primero que hicimos fue tomar el ferry a Central; ahí simplemente nos pasamos al muelle de al lado para subirnos al Star Ferry para cruzar a Tsim Sha Tsui; y finalmente tomamos un autobús que nos dejó a dos cuadras de nuestro destino.
De todas las películas en cartelera ese día, la verdad sólo se me antojaban dos, Es war einmal in Deutschland... y Cold War, esta última nominada al Óscar por mejor película extranjera, al igual que Roma, de Alfonso Cuarón. Por cuestiones de horario, elegimos la segunda.
Pero antes de que les platique sobre la peli (como dicen los españoles), me gustaría que vieran el corto que ponen en esta cadena de cines para recordar las reglas de urbanidad Broadway Cinema (enlace) a los espectadores.
Me gustó bastante la película. La trama toca muchos temas profundos como las relaciones de pareja, las consecuencias de nuestras decisiones, la separación artificial con fronteras e ideologías, entre otros. Temas universales para reflexionar y hablar y debatir... No sé si se pueda considerar que tiene un final feliz; al menos sí puedo decir que para mi fue inesperado. En resumen, no es la típica película de Hollywood con villanos y héroes. Curiosamente, al igual que Roma,es un homenaje al pasado, en este caso a la historia de amor de los padres del director, Paweł Pawlikowski. Y no es la única semejanza con Roma, ya que también fue filmada en blanco y negro
Terminada la función teníamos hambrita, por lo que fuimos al restaurante a cenar. Claro que me di una vuelta por la sección de la librería, pero obviamente el 90% de los libros están en chino. Aún así se me hace interesante ojear las estanterías y ver cuán diferente son las portadas de los libros entre China y el mundo occidental.
Con la panza llena, la cabeza con mil pensamientos relacionadas por la película, y el corazón pleno por nuestro tiempo en pareja emprendimos el camino a casa, muy satisfechos con nuestra salida.
¡Muchas gracias, Richard, Catuxa y Jocelyn!
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