De protestas y marchas y una huelga general

Esta entrada a mi blog la comencé a principios de agosto, en pleno verano, y ahora estamos ya a mediados de noviembre. Las manifestaciones no han disminuído en frecuencia, al contrario, se han ido incrementando. Pero no sólo ha aumentado la frecuencia y las áreas en las que hay protestas, desgraciadamente también ha crecido el nivel de violencia y abuso de poder, tanto por parte de los manifestantes como de la policía. 

Los ánimos se han ido caldeando, las posiciones se han radicalizado y la posibilidad de diálogo y negociaciones cada vez se ve más lejana...

¿A dónde llevará esto? ¿En qué acabará? 

He dudado mucho sobre si publicar algo, ya que es un tema que provoca fuertes reacciones en muchas personas.

El 24 de noviembre hubo elecciones para district councillors, quienes representan los intereses de los habitantes de una determinada zona geográfica de la ciudad. La participación de los votantes fue mayor al 70%, saliendo electos 388 candidatos del grupo pro-democracia, y solamente 62 del grupo alineado a Pekín, lo que parece haber calmado algo los ánimos.

Pero los efectos en la economía son enormes, ya que además de ser un centro financiero, Hong Kong también era un destino extremadamente atractivo para los turistas, en especial los de China continental, y que ahora han buscado otros destinos para sus viajes.

Principios de agosto 2019:
Llevo los últimos tres días viendo mucha más televisión de lo que hago normalmente. Y literalmente es ver televisión, porque la tengo en silencio: hay pocos comentarios sobre lo que se está transmitiendo y, cuando hay, están en chino. Aún así es muy interesante observar la situación en vivo.

Desde hace ya unas nueve semanas en Hong Kong los habitantes han salido a la calle para manifestar su oposición a la ley de extradición propuesta por el gobierno de Carrie Lam. Ha habido marchas pacíficas y también encontronazos con la policía; marchas multitudinarias donde sorprende la civilidad de los participantes, pero cada vez se incrementan más los actos de vandalismo, el abuso de poder y el uso excesivo de la fuerza pública.

Antes de seguir, creo importante explicar que todo este caos tuvo su origen a principios del 2018 con un caso que en México seguro hubiera aparecido en la portada del Alarma
Una pareja de novios, ambos de 20 años, fueron a Taiwan a pasar el fin de semana. Allá, él se enteró que la chica estaba embarazada y que él no era el padre, por lo que la asesinó y se deshizo del cuerpo pocas horas antes de abordar el vuelo de regreso a Hong Kong. 

Gracias a la información enviada por la policía de Taiwan, el joven fue arrestado por la policía de Hong Kong por robo y lavado de dinero al haber utilizado la tarjeta de débito de su novia. A pesar de que el chico se encuentra en la cárcel en este momento y ha confesado el asesinato, no puede ser juzgado en Hong Kong ya que el crímen se cometió en otro país. Y como Hong Kong no tiene tratado de extradición con ciertos países, entre ellos Taiwan, hay una gran probabilidad de que nunca llegue a ser sentenciado por matar a su novia.

A partir de este caso, el gobierno presentó una propuesta de ley de extradición, que desde un principio fue muy controversial. En la cámara legislativa hubo discusiones y hasta peleas respecto a quién debía encabezar la comisión encargada del asunto, y tabién sobre las posibles modificaciones a la citada ley.

Poco a poco fue aumentando el descontento, no sólo entre los legisladores sino también entre la gente común y corriente. Los habitantes de Hong Kong hacen mucho hincapié que son diferentes a China continental, y resienten cualquier cosa que perciban como una imposición desde Pekín.

Lo que les parece más preocupante de esta propuesta de ley es que naturalmente incluye la extradición a China. En ese país el sistema judicial no parece ser independiente y en ocasiones ha sido utilizado con fines políticos (¿les suena conocido?), mientras que en Hong Kong, por lo menos hasta el 2047, está establecido que el sistema judicial está basado en el sistema inglés. Esta es la razón principal del rechazo a esta ley de extradición, ya que abriría la puerta a la extradición a China, incluso por crímenes menores, aumentando el control de China sobre Hong Kong y peligrando la libertad de expresión y asociación que en este momento disfrutan sus ciudadanos. 

Las primeras marchas (obvio que contaban con su debida autorización por parte de la policía), fueron impresionantes. Nunca había yo visto tal cantidad de personas en las calles de esta ciudad. Todo aquel que haya visitado Hong Kong sabe que es muy normal toparse con mares de gente en las calles a la hora de la comida o entre las cinco y las seis de la tarde, más o menos. Pero estas manifestaciones sobrepasaban todo lo que hubiera yo visto anteriormente.

De acuerdo con los organizadores, hubo un millón de personas que asisitieron a la primera manifestación, y que ese número se duplicó durante la segunda marcha, apenas una semana más tarde. No sé si los números sean ciertos, ya que la policía hablaba de unos 300,000. Digamos que se promedien las cifras, sigue siendo una cantidad impresionante, si tomamos en cuenta que la población total de Hong Kong es de unos 7.5 millones.

Lo que es interesante ver es cómo durante estos casi tres meses la ciudad puede estar de cabeza los fines de semana, y el lunes la vida regresa a la normalidad.


Como vivimos lejos de las principales zonas urbanas no tuvimos experiencia de primera mano de la gente vestida de negro, con las caras cubiertas con antifaz y gorra para evitar ser identificados.

Aunque a principios de agosto sí perdimos nuestro vuelo hacia Barcelona; nos íbamos Ulises y yo unos días de vacaciones a Portugal, pero los manifestantes bloquearon el área de salidas del aeropuerto y era imposible hacer check-in o entrar al control de seguridad.  

Manifestantes en el aeropuerto de Hong Kong, agosto del 2019.

El 5 de agosto los manifestantes también llamaron a una huelga general, llamado al que siguieron infinidad de empleados, gerentes y dueños de negocios. Ocho de las diez líneas del metro dejaron de funcionar, y enmuchas zonas de la ciudad había grupos de manifestantes tratando de llamar la atención del gobierno.


 
Diciembre del 2019

Las protestas fueron escalando y escalando, aumentando la violencia tanto de manifestantes como de policías; todas las universidades de Hong Kong decidieron suspender clases presenciales a principios de noviembre y continuar con educación en línea; un grupo de manifestantes se atrincheró en Polytechnich Unversity, bloqueando también una de las principales autopistas que ligan el norte del territorio con el centro; en agosto bloquearon el aeropuerto en al menos dos ocasiones, y ahora es necesario mostrar el boleto o pase de abordar y el pasaporte para poder entrar a la terminal aérea.



Un resumen de la BBC 

Un resumen de CNN 

El 4 de octubre el gibierno de Hong Kong promulgó una ley prohibiendo el uso de máscaras o antifaces durante cualquier manifestación. La respuesta fue contundente: ataques a bancos, tiendas y restaurantes con capital de China, y destrucción de muchas estaciones del metro, provocando que se cerraran todas las estaciones y se suspendiera el servicio de este medio de transporte durante más de 24 horas.

Este fue un meme que me compartieron en esos días:
El mapa del sistema de metro MTR del día 5 de octubre de 2019


No sé a dónde irá a parar todo esto... Auque las cosas están un poco más tranquilas, no han parado los encontronazos entre policía y manifestantes; en los últimos días las protestas por lo general son al interior de los centros comerciales en zonas populares.

Lo bueno es que normalmente se sabe dónde se van a reunir los manifestantes, por lo que se puede evitar el área. 

Pero sí me causa tristeza pasar después y ver las banquetas sin ladrillos y sin barandales; las tiendas con tablas de triplay en vez de cristales; las estaciones de metro con las máquinas expendedoras de boletos y centros de control vandalizados; los cajeros automáticos cubiertos con plástico negro... Sniff.




 






  


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