Tai O

Cada vez que el clima lo permite tratamos de aprovechar los senderos que hay en la isla y hacemos alguna caminata. La última fue a finales de enero camino a Tai O, un pueblo de pescadores que se encuentra en la costa norte de Lantau.



 A media mañana del sábado tomamos el camión hacia Tai O; el autobus sigue toda la costa sur de Lantau pasando por Pui O, Cheng Sha (una playa preciosa que no hemos visitado y está en nuestro programa en cuanto empiece a hacer calor) y Tong Fuk. Pasando una represa, la carretera comienza a subir la montaña para cruzar a la costa norte. Faltando como dos kilómetros para llegar, nos bajamos del camión y continuamos nuestro camino por la montaña, disfrutando de unos paisajes increíbles.
A partir de la carretera, el sendero comienza subiendo la ladera de la montaña, cada vez más alto. Después de más o menos una hora de camino, nos encontramos un arroyo donde decidimos hacer un alto para descansar. Ana Pau se fue a explorar río arriba mientras los demás nos sentamos en la sombra a disfrutar de un rato de lectura. Sí, además de agua y alguna cosilla para comer muchas veces llevamos un libro a nuestros paseos. Lo que hace el amor a la lectura...


Después de subir y subir descubrimos que habíamos elegido la ruta correcta porque la bajada estuvo empinadísima. En partes la pendiente era tal que temíamos resbalarnos con la hojarasca. Pero nada comparado con tratar de subir, nos cruzamos con varios grupos de personas que venían de Tai O y se notaba el esfuerzo que les estaba costando. ¡Sólo para profesionales de la caminata!

Llegando a Tai O lo primero que hicimos fue buscar un restaurante, tanto caminar nos había abierto el apetito. Igual que en México había mil puestos en la calle, algunos vendiendo unos ostiones enormes que se nos antojaron pero era tanta nuetra hambre que prefrimos comer algo más consistente.

Luego nos salimos a callejonear para conocer el pueblito, construido a la orilla del mar. Lo característico, además del pescado seco en todas sus variedades, es que las casas están construidas sobre pilares encima del agua. Las fotos del pueblo las subo en la próxima entrega.


También puedes tomar un barquito para ver si encuentras los famosos delfines rosas endémicos de la zona, pero se había levantado el viento y no se nos hizo prudente subirnos a una lanchita con tanta ola y recién comidos.



Algunas de las zonas del pueblo por donde pasamos olían espantoso porque mezclan camarones frescos con otros ingredientes y los dejan fermentar en tambos de plástico para crear una pasta que utilizan para preparar cietos platillos típicos. Ya se imaginarán cómo apesta...
Nuestro paseo no fue muy largo; desde la comida me había empezado a doler mucho 

la garganta y solamente quería regresar a casita por lo que nos volvimos sobre nuestros pasos hasta la parada del camión para regresar a Mui Wo.

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