Estrenando

A finales de enero recibimos un correo electrónico de nuestra casera informándonos que habían decidido vender la casita en la que estábamos viviendo. Como inquilinos teníamos la prioridad sobre otros compradores y si esto se hubiera dado por ahí de septiembre, probablemente hubiéramos considerado seriamente esta opción.

Pero... Ahora hay un gran pero: buscando enfriar un poco el mercado inmobiliario, desde noviembre pasado el gobierno local exige un impuesto adicional del 15% sobre el precio de venta para aquellos compradores que no son residentes permanentes (es decir, gente que es de HK o lleva más de siete años viviendo aquí). En total, se acaba pagando un 20% del precio en impuestos, y nada de diferirlos o deducir. La verdad, no sé si se haya logrado el objetivo buscado por el gobierno; sólo sé que gracias a eso para nosotros no vale la pena comprar nada por acá.

Fuimos a ver varias propiedades, unas en Mui Wo, otras en Pui O y una del otro lado de la isla, en las afueras de Tung Chung, a sólo cinco minutos caminando de la secundaria de los chavos.

Mui Wo nos encanta para vivir pero es muy difícil encontrar algo como lo que teníamos, dos pisos de un Village House. Por lo general, o rentan los tres pisos por separado (aprox 70m2, demasiado pequeño para nosotros), o la casa completa (aprox 210m2, demasiado caro). Vimos un departamento de buen tamaño pero viejo, viejo. Todas las instalaciones estaban por encima de las paredes, como en una fábrica, los baños estaban tan viejos que se veían descuidados y además varios de los vecinos tienen perros que ladran seguido y fuerte.

La mejor propiedad de todas fue la casa en Tung Chung. A los chicos les encanta no tener que levantarse temprano (a excepción de Nico, al que todavía le quedan unos meses de ir a Pui O a la escuela), a Ulises le queda muy cómodo para el trabajo, la construcción es nuevecita y tiene una cocina en forma. Ahora me veo mucho más con mis amigas latinas que viven en Tung Chung, pero sí extraño mi pueblo y a mis amigas allá. Además, las compras me quedaban de pasada, aunque con tanta vuelta en bici me ahorro la ida al gimnasio.

Lo que más nos sorprendió fue la cantidad de cosas que salieron. ¿Qué tanto puede uno juntar en menos de dos años? Bueno, entre muebles, bicicletas, estufa, refri y lavadora ya se llena casi un camión... Sin contar los uniformes de invierno y verano, la ropa de invierno y verano, y los imprescindibles libros con que siempre cargamos.

No sé por qué nos molestamos en darle una limpiadita a la casa; estábamos por cerrar la puerta cuando llegaron los trabajadores contratados por los nuevos dueños para comenzar a remodelar la propiedad. Por pura curiosidad fui  a ver nuestra antigua casita dos días después y ya habían tirado la barra de la cocina y levantado todo el piso.

La casa nueva es del mismo tamaño de la de Mui Wo, unos130 m2, en dos pisos. La distribución es un poco diferente ya que en la planta baja hay un baño completo y una recámara adicional, mientras que las tres recámaras de la planta alta son todas más o menos del mismo tamaño (en la anterior el cuarto de los niños era pequeñito).

Frente a la casa hay una zona abierta con un gran árbol al fondo; aunque es área común del pueblo, nosotros somos los únicos con vista hacia allá.

Les dejo unas fotos para que se den una idea: 

Cajas y más cajas...

El árbol frente a la casa nueva.



Una vista de la sala
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Vista de la sala hacia comedor y entrada
Cocina integral, ¡¡yupi!!
Y con lugar para mi estufa y horno
La vista desde nuestra recámara


La recámara de los chicos
Uno de los baños



Comments

  1. ¡Muchas felicidades! ¡Su nueva casa está muy bonita! Que bueno que les queda cerca de todo!

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