Dress a Girl
Justo antes de que comenzaran las vacaciones de verano, una amiga brasileña nos platicó sobre un proyecto muy importante para ella: coser vestidos para niñas de comunidades marginadas.
Hace algún tiempo Chris y su familia fueron a Camboya de vacaciones y se quedaron impactados con los chicos que veían en las calles, muchos de ellos vestidos con harapos. Investigando, Chris encontró una organización llamada "Dress a Girl Around the World", y quedó encantada con la idea de coser vestidos sencillos con el logotipo de la organización. http://www.dressagirlaroundtheworld.com/ .
El esposo de Chris le regaló una máquina de coser para su cumpleaños, con ayuda de videos en YouTube aprendió a coser y puso manos a la obra. Pero a principios de septiembre se sentía algo agobiada: la meta que ella se había puesto quedaba lejos todavía, mientras que los boletos de avión y los contactos en las Filipinas estaban esperando.
Sabiendo eso, varias amigas decidimos ayudarla a terminar los 200 vestidos que tenía planeados. Unas cortaban vestidos y bolsas, otras hilvanaban dobladillos y costuras y Chris y yo aportábamos el ruido de dos máquinas cosiendo a todo lo que daba.
A fines de septiembre, Chris viajó a las Filipinas en compañía de su empleada doméstica quien le ayudó a contactar organizaciones y personas que trabajan con familias en riesgo, donde repartieron los vestidos.
Hace algún tiempo Chris y su familia fueron a Camboya de vacaciones y se quedaron impactados con los chicos que veían en las calles, muchos de ellos vestidos con harapos. Investigando, Chris encontró una organización llamada "Dress a Girl Around the World", y quedó encantada con la idea de coser vestidos sencillos con el logotipo de la organización. http://www.dressagirlaroundtheworld.com/ .
El esposo de Chris le regaló una máquina de coser para su cumpleaños, con ayuda de videos en YouTube aprendió a coser y puso manos a la obra. Pero a principios de septiembre se sentía algo agobiada: la meta que ella se había puesto quedaba lejos todavía, mientras que los boletos de avión y los contactos en las Filipinas estaban esperando.
Sabiendo eso, varias amigas decidimos ayudarla a terminar los 200 vestidos que tenía planeados. Unas cortaban vestidos y bolsas, otras hilvanaban dobladillos y costuras y Chris y yo aportábamos el ruido de dos máquinas cosiendo a todo lo que daba.
A fines de septiembre, Chris viajó a las Filipinas en compañía de su empleada doméstica quien le ayudó a contactar organizaciones y personas que trabajan con familias en riesgo, donde repartieron los vestidos.
Comments
Post a Comment