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Con todo cariño para Chantal.
Una persona clave para la etapa universitaria de Ana Paula y que merece ser mencionada es Chantal, quien fuera profesora de francés en el Colegio Suizo en Cuernavaca por muchos años. Por lo mismo, la mayoría de los alumnos la conocían, y nunca faltaba a los eventos, ya fuera la kermés, la posada, o el día de la madre.
El primer contacto formal que tuvieron mis hijos con Chantal fue a finales del 2004: habíamos decidido lanzarnos a la aventura de pasar un año sabático en la comunidad del Arca, en Francia, por lo era necesario que los chicos tomaran clases de francés.
Santi y Nico aún estaban en preescolar y no sabían ni leer ni escribir, por lo que solamente Ana Paula y Andrea comenzaron a tomar clases particulares con Chantal por las tardes. Aún así, al llegar a Saint Antoine se tardaron un poco en agarrale al idioma y me decían que no comprendían por qué las había yo llevado a clases si no entendían nada.
Una vez que estuvimos de vuelta en Cuernavaca, pasó un año antes de que Ana Pau entrara a la secundaria y comenzara a tomar clases de francés junto con sus compañeros de grupo y afianzara lo aprendido en el Arca.
Dejen que les platique un poco sobre Chantal: es profesora de corazón, apasionada, exigente, con un corazón enorme. Ana Paula tuvo el reto de ser su alumna durante cuatro años, de primero de secundaria hasta el último día de primero de prepa. Y esos cuatro años de clases, tareas, exámenes, proyectos, frustraciones y logros le permitieron pasar el examen de admisión a la carrera de traducción en la Universidad de Ginebra.
Por lo mismo me dio muchísimo gusto cuando supe que Chantal había asistido al examen profesional de Ana Paula para echarle porras y ser la primera en felicitarla una vez que lo hubo terminado y aprobado.
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