Discovery Bay
La semana del 8 al 13 de octubre fuimos tres veces a Discovery Bay (Disco Bay le dicen algunos). Para llegar a esta bahía al noreste de Mu Wo puedes tomar un ferry que tarda unos veinte minutos en dar vuelta a la península que los separa, lo que hicimos nosotros, o puedes primero tomar un camión a Tung Chung y luego otro hacia DB.
Este fraccionamiento, iniciado en los años 80, cuenta con muchas áreas verdes, tiene su propio club de golf y no está permitida la entrada con automóviles. Las diferentes zonas están bien conectadas con autobuses además que la mayoría de los residentes cuenta con carros de golf para ir de un lado al otro.
El ferry de Mui Wo llega a un pequeño muelle desde donde se puede ir caminando a la zona comercial: una plaza redonda rodeada de diferentes negocios y varios restaurantes occidentales, desde un McDonalds hasta restaurantes italianos y un pub inglés. A un lado está la central de autobuses y el muelle de los ferrys grandes que llevan a Central en Hong Kong Island.
Aunque el lugar es muy bonito, la mayoría de la gente que vive en DB es occidental por lo que teníamos la sensación de estar en un suburbio de alguna ciudad de Florida en vez de en Hong Kong.
Como Ulises ya conocía, el sábado 8 los cuatro niños y yo fuimos a explorar. Por ahí había yo visto anunciado un mercado de pulgas y me quedé con la idea de que era el sábado. Además, había un torneo de rugby femenil en la playa. Como las niñas se inscribieron al equipo de rugby en la escuela, querían ver cómo jugaban las otras chicas. Llegando a DB, descubrí que el mercado de pulgas era el domingo así que Ana Pau, Andrea y yo nos quedamos a ver el rugby mientras los chicos, después de una escala en Dymock´s, una librería australiana, se regresaron solos a Mui Wo para comer con Ulises, quien se había quedado en casa para aprovechar el silencio y preparar los siguientes vuelos.
El domingo después de la misa volvimos a tomar nuestro ferry para ir al mercado de pulgas. Toda la plaza estaba llena de gente vendiendo cosas, sobre todo ropa y zapatos usados, libros y juguetes. El sol quemaba como no había hecho en varios días mientras recorríamos los puestecitos. Había muchas "Helpers" (como llaman aquí a las empleadas domésticas) ofreciendo mercancía; nosotros compramos varios libros (cosa extraña para nosotros, ¿verdad?), algunos DVDs y alguna que otra chuchería. Yo tenía la esperanza que tal vez tuvieran cosas más grandes, alguna mesita o una máquina de coser, pero nada. De todas maneras fue muy entretenido estar viendo lo que ofrecían.
Al final decidimos entrar al super a conocer, obviamente tenía mucha mayor variedad de productos occidentales que aquí en Mui Wo, hasta encontramos unas tortillas de maíz gringas que no estaban muy buenas de sabor. A la salida revisamos el corcho con los anuncios y vimos que alguien estaba ofreciendo un comedor perfecto para nosotros: una mesa cuadrada de 1.50 con ocho sillas. Además estaba anunciado un set de mesa y sillas para jardín.
El juego para jardín ya se había vendido cuando hablamos pero no la mesa del comedor, así que el miércoles regresamos Ulises y yo para ver si estaba en buen estado y nos gustaba. Fue toda una aventura encontrar la casa, el contacto era la Helper de la familia y me decía que teníamos que tomar el camión número nueve de la terminal y bajarnos en el Residence Club de She Na Wan. Pues ahí me ven mientras esperábamos el camión, buscando en la ruta una parada con ese nombre hasta que me cayó el veinte: ¡era Siena One a donde teníamos que ir!
Total que nos gustó la mesa, hicimos el depósito, organizamos la mudanza y desde el viernes pasado estamos estrenando comedor.
Este fraccionamiento, iniciado en los años 80, cuenta con muchas áreas verdes, tiene su propio club de golf y no está permitida la entrada con automóviles. Las diferentes zonas están bien conectadas con autobuses además que la mayoría de los residentes cuenta con carros de golf para ir de un lado al otro.
La vista al rodear la península |
La plaza principal |
El ferry que lleva a Peng Chau y Discovery Bay |
Esperando el ferry de regreso |
Aunque el lugar es muy bonito, la mayoría de la gente que vive en DB es occidental por lo que teníamos la sensación de estar en un suburbio de alguna ciudad de Florida en vez de en Hong Kong.
Camino a DB el domingo |
Como Ulises ya conocía, el sábado 8 los cuatro niños y yo fuimos a explorar. Por ahí había yo visto anunciado un mercado de pulgas y me quedé con la idea de que era el sábado. Además, había un torneo de rugby femenil en la playa. Como las niñas se inscribieron al equipo de rugby en la escuela, querían ver cómo jugaban las otras chicas. Llegando a DB, descubrí que el mercado de pulgas era el domingo así que Ana Pau, Andrea y yo nos quedamos a ver el rugby mientras los chicos, después de una escala en Dymock´s, una librería australiana, se regresaron solos a Mui Wo para comer con Ulises, quien se había quedado en casa para aprovechar el silencio y preparar los siguientes vuelos.
El domingo después de la misa volvimos a tomar nuestro ferry para ir al mercado de pulgas. Toda la plaza estaba llena de gente vendiendo cosas, sobre todo ropa y zapatos usados, libros y juguetes. El sol quemaba como no había hecho en varios días mientras recorríamos los puestecitos. Había muchas "Helpers" (como llaman aquí a las empleadas domésticas) ofreciendo mercancía; nosotros compramos varios libros (cosa extraña para nosotros, ¿verdad?), algunos DVDs y alguna que otra chuchería. Yo tenía la esperanza que tal vez tuvieran cosas más grandes, alguna mesita o una máquina de coser, pero nada. De todas maneras fue muy entretenido estar viendo lo que ofrecían.
Al final decidimos entrar al super a conocer, obviamente tenía mucha mayor variedad de productos occidentales que aquí en Mui Wo, hasta encontramos unas tortillas de maíz gringas que no estaban muy buenas de sabor. A la salida revisamos el corcho con los anuncios y vimos que alguien estaba ofreciendo un comedor perfecto para nosotros: una mesa cuadrada de 1.50 con ocho sillas. Además estaba anunciado un set de mesa y sillas para jardín.
El juego para jardín ya se había vendido cuando hablamos pero no la mesa del comedor, así que el miércoles regresamos Ulises y yo para ver si estaba en buen estado y nos gustaba. Fue toda una aventura encontrar la casa, el contacto era la Helper de la familia y me decía que teníamos que tomar el camión número nueve de la terminal y bajarnos en el Residence Club de She Na Wan. Pues ahí me ven mientras esperábamos el camión, buscando en la ruta una parada con ese nombre hasta que me cayó el veinte: ¡era Siena One a donde teníamos que ir!
Total que nos gustó la mesa, hicimos el depósito, organizamos la mudanza y desde el viernes pasado estamos estrenando comedor.
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