Un día cualquiera
Puntual a las 6:10 de la mañana suena el despertador. A levantarse por más que mi cuerpo refunfuñe que aún le falta como una hora de sueño. Aunque me cuesta trabajo me levanto porque me gusta preparar el desayuno para los chicos y acompañarlos en el momento en que están empezando su día. Además que no faltan las pequeñas emergencias matutinas: un examen sin firmar, calcetines, suéteres o tarjetas Octopus que no aparecen...
A las 7:10 los tres mayores tienen que estar en la parada a un lado del mercado para tomar su autobús que en poco más de media hora los deja a unos pasos de la YMCA.
Nico tiene el privilegio de levantarse pasadas las siete porque entra un poco más tarde que sus hermanos y al camión solamente le toma quince minutos para llegar a Pui O donde está su escuela. Si no está Ulises, Nico y yo desayunamos juntos antes de que tome el autobus de las 7:50. Como sólo va hasta el pueblo de junto no necesita pagar el viaje completo pero lo debe hacer en efectivo, así que siempre estoy a la caza de monedas de 50 y 10 centavos para completar los $1.60 del pasaje.
Hay ocasiones en que acompaño a Nico en las mañanas hasta la parada, así aprovecho para ir al mercado por fruta y verdura. Las marchantas que venden fruta se sientan en las calles cerca del mercado a ofrecer su mercancía pero la venta se acaba a las doce del día, hora del lunch. ¡Si me la tomo a la mexicana me quedo sin fruta para el día siguiente!
También me gusta ir temprano al Mui Wo Old Town porque hay dos o tres tiendas que abren en el mismo horario de las marchantas, de las ocho a las doce, y ofrecen algo diferente cada día. En ocasiones hay ropa, algunos días llevan relojes y joyería de fantasía, los martes ofrecen cobijas, sábanas, manteles y -en invierno solamente- estambre y agujas.
De regreso en casa recojo las cosas que se han quedado tiradas, arreglo la cocina y luego, dependiendo del día, tengo la opción de barrer, planchar, cambiar sábanas, en fin, el trabajo rutinario que requiere un hogar. Una vez por semana viene Dee, una chica filipina, a hacer la limpieza más pesada de la casa pero como están construyendo una casa en el terreno de junto podría yo barrer y sacudir casi a diario.
Lo que también parece cuento de nunca acabar es la ropa, constantemente lavo, tiendo, doblo. Cuando era niña, en el Kinder cantábamos esta ronda:
"Zeigt her eure Füsse,
zeigt her eure Schuh´
und sehet den fleissigen Waschfrauen zu"
que trata sobre el trabajo de las lavanderas. Cada una de las estrofas menciona uno de los pasos requeridos para limpiar la ropa y de niña jugando y cantando yo lavaba, exprimía, tendía y plancha con gran alegría. Cuando la monotonía del trabajo casero me amenaza, trato de recordar esa inocencia coordinada por nuestras inolvidables maestras de preescolar, Frau Hoyos y Frau Baeza, y compartida por mis compañeritos del jardín de niños.
Aquí la comida de mediodía se toma como en Estados Unidos y Europa, entre las 12:00 y las 14:00 horas por lo que los chicos comen en la escuela. Los tres mayores cada mes pueden escoger uno de los tres platillos que se ofrecen cada día, a continuación está la liga para los que quieren saber qué comen los chicos por acá.
Menú de comidas YMCA
Nico también come en la escuela aunque él no puede escoger sino que le toca el platillo del día. Haciendo doble click en la imagen pueden ampliarla para ver qué delicias le servirán en enero.
Por cierto que a fines de enero nuevamente tienen diez días de vacaciones por al año nuevo chino. ¿Cómo ven?
Regresando al tema de mis actividades diarias, nosotros seguimos comiendo en horaio mexicano, es decir, como a las dos de la tarde. Por lo general cocino para Ulises y para mí, aunque a veces vamos a las fonditas chinas del pueblo.
Casi a diario me doy una vuelta al super, a la canasta de mi bici no le cabe el mandado de una semana.
Los chicos van llegando de la escuela entre 4:40 y 5:00 de la tarde, a menos de que se queden más tarde a entrenar futbol o rugby. Por lo general los tres grandes todavía tienen tarea, Nico la trae ya terminada porque se queda a una clase extracurricular en la escuela en la que los apoyan para hacer las tareas.
Los martes y viernes por la noche Nico además tiene una clase extra de chino. Alex, el maestro, es muy simpático y le ha ayudado mucho a Nico para que pueda seguir mejor las clases, en especial las de ciencias sociales y naturales que son en mandarín.
Cuando necesitamos algo que no se encuentra en Mui Wo o para cualquier trámite, vamos a Hong Kong Island o a Kowloon, aunque esa excursión nos lleva casi todo el día. Primero media hora de ferry, luego una caminata de unos 15 minutos al metro o a la parada del camión, el trayecto en estos medios de transporte y, por lo general, otro tramo a pie.
Pero esos paseos son tema para otra ocasión.
Por lo pronto, les deseamos una muy feliz Navidad a todos, que disfruten de estos días de fiesta y que el nuevo año les traiga salud, alegría y se cumplan todos sus deseos.
Desde Hong Kong les mandamos un abrazo con aroma a incienso =)
A las 7:10 los tres mayores tienen que estar en la parada a un lado del mercado para tomar su autobús que en poco más de media hora los deja a unos pasos de la YMCA.
Nico tiene el privilegio de levantarse pasadas las siete porque entra un poco más tarde que sus hermanos y al camión solamente le toma quince minutos para llegar a Pui O donde está su escuela. Si no está Ulises, Nico y yo desayunamos juntos antes de que tome el autobus de las 7:50. Como sólo va hasta el pueblo de junto no necesita pagar el viaje completo pero lo debe hacer en efectivo, así que siempre estoy a la caza de monedas de 50 y 10 centavos para completar los $1.60 del pasaje.
Hay ocasiones en que acompaño a Nico en las mañanas hasta la parada, así aprovecho para ir al mercado por fruta y verdura. Las marchantas que venden fruta se sientan en las calles cerca del mercado a ofrecer su mercancía pero la venta se acaba a las doce del día, hora del lunch. ¡Si me la tomo a la mexicana me quedo sin fruta para el día siguiente!
También me gusta ir temprano al Mui Wo Old Town porque hay dos o tres tiendas que abren en el mismo horario de las marchantas, de las ocho a las doce, y ofrecen algo diferente cada día. En ocasiones hay ropa, algunos días llevan relojes y joyería de fantasía, los martes ofrecen cobijas, sábanas, manteles y -en invierno solamente- estambre y agujas.
De regreso en casa recojo las cosas que se han quedado tiradas, arreglo la cocina y luego, dependiendo del día, tengo la opción de barrer, planchar, cambiar sábanas, en fin, el trabajo rutinario que requiere un hogar. Una vez por semana viene Dee, una chica filipina, a hacer la limpieza más pesada de la casa pero como están construyendo una casa en el terreno de junto podría yo barrer y sacudir casi a diario.
Lo que también parece cuento de nunca acabar es la ropa, constantemente lavo, tiendo, doblo. Cuando era niña, en el Kinder cantábamos esta ronda:
"Zeigt her eure Füsse,
zeigt her eure Schuh´
und sehet den fleissigen Waschfrauen zu"
que trata sobre el trabajo de las lavanderas. Cada una de las estrofas menciona uno de los pasos requeridos para limpiar la ropa y de niña jugando y cantando yo lavaba, exprimía, tendía y plancha con gran alegría. Cuando la monotonía del trabajo casero me amenaza, trato de recordar esa inocencia coordinada por nuestras inolvidables maestras de preescolar, Frau Hoyos y Frau Baeza, y compartida por mis compañeritos del jardín de niños.
Aquí la comida de mediodía se toma como en Estados Unidos y Europa, entre las 12:00 y las 14:00 horas por lo que los chicos comen en la escuela. Los tres mayores cada mes pueden escoger uno de los tres platillos que se ofrecen cada día, a continuación está la liga para los que quieren saber qué comen los chicos por acá.
Menú de comidas YMCA
Nico también come en la escuela aunque él no puede escoger sino que le toca el platillo del día. Haciendo doble click en la imagen pueden ampliarla para ver qué delicias le servirán en enero.
Por cierto que a fines de enero nuevamente tienen diez días de vacaciones por al año nuevo chino. ¿Cómo ven?
Regresando al tema de mis actividades diarias, nosotros seguimos comiendo en horaio mexicano, es decir, como a las dos de la tarde. Por lo general cocino para Ulises y para mí, aunque a veces vamos a las fonditas chinas del pueblo.
Casi a diario me doy una vuelta al super, a la canasta de mi bici no le cabe el mandado de una semana.
Los chicos van llegando de la escuela entre 4:40 y 5:00 de la tarde, a menos de que se queden más tarde a entrenar futbol o rugby. Por lo general los tres grandes todavía tienen tarea, Nico la trae ya terminada porque se queda a una clase extracurricular en la escuela en la que los apoyan para hacer las tareas.
Los martes y viernes por la noche Nico además tiene una clase extra de chino. Alex, el maestro, es muy simpático y le ha ayudado mucho a Nico para que pueda seguir mejor las clases, en especial las de ciencias sociales y naturales que son en mandarín.
Cuando necesitamos algo que no se encuentra en Mui Wo o para cualquier trámite, vamos a Hong Kong Island o a Kowloon, aunque esa excursión nos lleva casi todo el día. Primero media hora de ferry, luego una caminata de unos 15 minutos al metro o a la parada del camión, el trayecto en estos medios de transporte y, por lo general, otro tramo a pie.
Pero esos paseos son tema para otra ocasión.
Por lo pronto, les deseamos una muy feliz Navidad a todos, que disfruten de estos días de fiesta y que el nuevo año les traiga salud, alegría y se cumplan todos sus deseos.
Desde Hong Kong les mandamos un abrazo con aroma a incienso =)
VERE TE MANDO UN ABRAZO DESDE EL CORAZÓN, TE EXTRAÑO, NO SABES CUANTO TRABAJO POR ACA, GRACIAS POR ESCRIBIR TU DIA A DIA ME HACE SENTIRME MAS CERCA. TOD LA LUZ Y BENDICIONES PARA UDS. SUSY
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