Posada

Ya casi se acaba el mes de febrero y aún no he escrito sobre la posada a la que nos invitaron en diciembre.

Más bien: ya estamos en marzo y aún no he terminado esta entrada al blog =(   Bueno, ahí les va por fin:
 
Como seguro se habrán dado cuenta, aunque estamos lejos de nuestro país, tratamos de mantener nuestras tradiciones.
Este año los anfitriones fueron nuestros amigos Yrene y John, quienes se acaban de mudar y aprovecharon la ocasión de la posada para bendecir la casa.

Esta vez fue increíble porque coincidieron todos los maridos; siendo pilotos es difícil que tengan libre el mismo día, y generalmente faltan al menos uno o dos a las reuniones porque tienen que trabajar.

Father Henry, el sacerdote que bendijo la casa, es de las Filipinas y esa noche aprendió sobre nuestras tradiciones mexicanas: cantamos (si es que se puede llamar así) la letanía de la posada, partimos la piñata para felicidad de los chicos y cenamos pozole y sopecitos con tinga o papa con chorizo.

Nosotros aportamos las conchitas de chocolate y vainilla.

¡Amigas adoradas! De México, Guatemala, Argentina, Brasil, República Dominicana...