Andrea y sus bebés
Nota para los despistados: No, todavía no soy abuela, jeje. Y pongo esta advertencia porque no es la primera vez que me pasa que cuando la gente ve las fotos de Andrea piensa que se acaba de convertir en mamá.
Todas estas hermosuras son algunos de los bebés que ella ha recibido en la clínica de maternidad donde está haciendo sus prácticas para su licenciatura en partería.
Desde que comenzó a atender partos, hace un año tres meses, ya ha recibido más de cuarenta bebés. Y yo estoy súper orgullosa de ella y del trabajo que hace, me pasan tantas ideas por la cabeza y sentimientos por el corazón que no sé bien por dónde empezar a escribir.
¿Tal vez con su última aventura? Hace apenas unas semanas le pasó algo muy curioso: Llevaba ya trabajando en el turno de noche (de 10 pm a 6 am) tres días seguidos, y estaba en su casa pensando que por fin podría descansar una noche completa cuando recibió mensaje de una de sus pacientes avisando que estaba en trabajo de parto.
Así que a las diez y media de la noche Andrea estaba de vuelta en la clínica y cerca de las dos de la mañana no sólo estaba supervisando a su paciente sino también a la hermana de ésta, ya que también estaba en trabajo de parto.
Una de las hermanas dio a luz a las 4:22 de la mañana y la otra a las 5:13 am. ¿Cómo ven que los primos nacieron el mismo día con sólo 50 minutos de diferencia y que Andrea los recibió a los dos? Aquí está la foto de la orgullosa partera con los primos:
Eso sí, los siguientes tres días Andrea no quería ni moverse en lo que se recuperaba de sus desveladas.
Y me puedo imaginar muy bien lo que vivió Andrea esa noche porque cuando la fui a visitar en octubre tuve la oportunidad de acompañarla a una guardia en la clínica en el turno de la noche.
Normalmente las parteras no duermen y las que son practicantes aprovechan el tiempo para hacer sus trabajos, pero yo sí me eché una siesta como a las dos de la mañana. Todo estuvo tranquilo y sin pacientes hasta poco antes de las cinco de la mañana, cuando llegó una señora en trabajo de parto y le tocaba el turno a Andrea de atenderla. Si mal no recuerdo, era su tercer o cuarto hijo, por lo que el parto avanzó bastante rápido.
Andrea en todo momento se veía tranquila, con una actitud profesional y completamente alerta a pesar de estar a punto de terminar su turno, siempre atenta al proceso de su paciente. Fue evidente que estaba disfrutando de lo que hacía y fue un privilegio verla trabajar en lo que la apasiona.
Una vez que ha terminado todo el proceso del parto, una partera todavía tiene pendientes: medir y pesar al bebé y llenar las formas requeridas para la clínica y para que los padres puedan después registrar al bebé. Así que en esa ocasión no salimos de la clínica a las seis de la mañana, como hubiera sucedido si no se hubiera presentado una paciente, sino alrededor de las nueve de la mañana. Y llegando a casa, con el corazón lleno con el que milagro que acabábamos de presenciar, derechito a la cama a tratar de recuperarnos.
Durante las largas horas de espera, hablamos de todo y nada, aunque mucho giró alrededor de embarazo y parto. Seguramente esto que les voy a platicar no es exclusivo de este centro de maternidad: A lo largo de los años, se han dado cuenta que ciertos meses nacen más bebés, por ejemplo a finales de septiembre /
principios de octubre (nueves meses después de Navidad y Año Nuevo) o
en noviembre / diciembre, resultado del día de san Valentín.
Para terminar cito lo que escribió Ana Paula en Facebook y que también expresa mi sentir:
Today is International Women's Day and I want to use this day to honor a woman who will defend women's rights, specifically women's health, to her last breath. This woman is my sister, who in the space of 24 hours helped 3 women deliver 3 healthy babies. To you, my sis, whom I admire and am eternally proud of.
PD: Un artículo para reflexionar sobre cómo los partos se han convertido en un negocio donde pesa más la comodidad y ganancia del médico que las necesidades y deseos de las mujeres:
El Universal: nacen por cesárea la mitad de los mexicanos
Todas estas hermosuras son algunos de los bebés que ella ha recibido en la clínica de maternidad donde está haciendo sus prácticas para su licenciatura en partería.
Desde que comenzó a atender partos, hace un año tres meses, ya ha recibido más de cuarenta bebés. Y yo estoy súper orgullosa de ella y del trabajo que hace, me pasan tantas ideas por la cabeza y sentimientos por el corazón que no sé bien por dónde empezar a escribir.
¿Tal vez con su última aventura? Hace apenas unas semanas le pasó algo muy curioso: Llevaba ya trabajando en el turno de noche (de 10 pm a 6 am) tres días seguidos, y estaba en su casa pensando que por fin podría descansar una noche completa cuando recibió mensaje de una de sus pacientes avisando que estaba en trabajo de parto.
Así que a las diez y media de la noche Andrea estaba de vuelta en la clínica y cerca de las dos de la mañana no sólo estaba supervisando a su paciente sino también a la hermana de ésta, ya que también estaba en trabajo de parto.
Una de las hermanas dio a luz a las 4:22 de la mañana y la otra a las 5:13 am. ¿Cómo ven que los primos nacieron el mismo día con sólo 50 minutos de diferencia y que Andrea los recibió a los dos? Aquí está la foto de la orgullosa partera con los primos:
Eso sí, los siguientes tres días Andrea no quería ni moverse en lo que se recuperaba de sus desveladas.
Y me puedo imaginar muy bien lo que vivió Andrea esa noche porque cuando la fui a visitar en octubre tuve la oportunidad de acompañarla a una guardia en la clínica en el turno de la noche.
Normalmente las parteras no duermen y las que son practicantes aprovechan el tiempo para hacer sus trabajos, pero yo sí me eché una siesta como a las dos de la mañana. Todo estuvo tranquilo y sin pacientes hasta poco antes de las cinco de la mañana, cuando llegó una señora en trabajo de parto y le tocaba el turno a Andrea de atenderla. Si mal no recuerdo, era su tercer o cuarto hijo, por lo que el parto avanzó bastante rápido.
Andrea en todo momento se veía tranquila, con una actitud profesional y completamente alerta a pesar de estar a punto de terminar su turno, siempre atenta al proceso de su paciente. Fue evidente que estaba disfrutando de lo que hacía y fue un privilegio verla trabajar en lo que la apasiona. Una vez que ha terminado todo el proceso del parto, una partera todavía tiene pendientes: medir y pesar al bebé y llenar las formas requeridas para la clínica y para que los padres puedan después registrar al bebé. Así que en esa ocasión no salimos de la clínica a las seis de la mañana, como hubiera sucedido si no se hubiera presentado una paciente, sino alrededor de las nueve de la mañana. Y llegando a casa, con el corazón lleno con el que milagro que acabábamos de presenciar, derechito a la cama a tratar de recuperarnos.
Para terminar cito lo que escribió Ana Paula en Facebook y que también expresa mi sentir:
Today is International Women's Day and I want to use this day to honor a woman who will defend women's rights, specifically women's health, to her last breath. This woman is my sister, who in the space of 24 hours helped 3 women deliver 3 healthy babies. To you, my sis, whom I admire and am eternally proud of.
PD: Un artículo para reflexionar sobre cómo los partos se han convertido en un negocio donde pesa más la comodidad y ganancia del médico que las necesidades y deseos de las mujeres:
El Universal: nacen por cesárea la mitad de los mexicanos
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