Cocinando
Hace tiempo ya que habíamos quedado con un amigo de Ulises para reunirnos y enseñarle a hacer tortillas. Total que Ulises y yo decidimos que si ya íbamos a preparar tortillas a manos, valía la pena también tener los guisados para hacer tacos.
Nuestro amigo tiene un restaurante en la playa de Cheng Sha, fue donde nos reunimos un miércoles por la tarde con otros amigos a cocinar.
El día anterior me había ido muy temprano al mercado de Yat Tung para comprar cilantro y jícamas. Siempre que voy me fijo en todos los puestos para ver qué hay fresco, y en esta ocasión encontré setas y también unas calabacitas pequeñitas con todo y flor. Aunque las flores estaban pequeñitas, como de un centímetro de largo, decidí llevarme unas y probar a ver qué tal quedaban.
El menú quedó así: pollo en salsa verde, setas al ajillo, ensalada de nopales (todavía tenía yo un frasco de nopales en salmuera que compré en una tienda india ubicada en Tsim Sha Tsui), las flores de calabacita con cebollita, frijoles bayos refritos, arroz blanco y tortillas hechas al momento.
Y aquí la foto con el resultado de nuestros esfuerzos conjuntos:
Eso sí, a estos cocineros mexicanos, austriacos, argentinos e ingleses nos hacen falta años luz para alcanzar el nivel de maestría de las señoras que echan tortillas a mano en México, jeje.
Justo cuando habíamos terminado de comer vimos que el horizonte se iba pintando de negro y que la visibilidad cada vez era menor hasta que nos alcanzó un aguacero tipo Cuernavaca. Rápidamente recogimos todo de la terraza techada y nos refugiamos dentro del restaurante donde seguimos platicando acompañados de un buen café y un delicioso zabagione cortesía de nuestro anfitrión.
Nuestro amigo tiene un restaurante en la playa de Cheng Sha, fue donde nos reunimos un miércoles por la tarde con otros amigos a cocinar.
Aprendiendo a hacer tortillas. |
El día anterior me había ido muy temprano al mercado de Yat Tung para comprar cilantro y jícamas. Siempre que voy me fijo en todos los puestos para ver qué hay fresco, y en esta ocasión encontré setas y también unas calabacitas pequeñitas con todo y flor. Aunque las flores estaban pequeñitas, como de un centímetro de largo, decidí llevarme unas y probar a ver qué tal quedaban.
El menú quedó así: pollo en salsa verde, setas al ajillo, ensalada de nopales (todavía tenía yo un frasco de nopales en salmuera que compré en una tienda india ubicada en Tsim Sha Tsui), las flores de calabacita con cebollita, frijoles bayos refritos, arroz blanco y tortillas hechas al momento.
Y aquí la foto con el resultado de nuestros esfuerzos conjuntos:
Setas al ajillo, pollo en salsa verde, ensalada de nopales, flor de calabacita, frijoles refritos, arroz blanco y tortillas. |
Eso sí, a estos cocineros mexicanos, austriacos, argentinos e ingleses nos hacen falta años luz para alcanzar el nivel de maestría de las señoras que echan tortillas a mano en México, jeje.
Justo cuando habíamos terminado de comer vimos que el horizonte se iba pintando de negro y que la visibilidad cada vez era menor hasta que nos alcanzó un aguacero tipo Cuernavaca. Rápidamente recogimos todo de la terraza techada y nos refugiamos dentro del restaurante donde seguimos platicando acompañados de un buen café y un delicioso zabagione cortesía de nuestro anfitrión.
La vista hacia el sur de Lantau antes de la lluvia. |
Pequeño tip: en una de las tiendas de abarrotes de India que hay en Chung King Mansions me encontré con un comal con todo y mango. Está muy práctico para las tortillas.
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