Dignity Kitchen
No sé si a los que dividen su vida entre dos países les pase igual que a mí: cuando estoy en un lugar, pienso en el otro y de repente tengo la sensación de que todo es un sueño, algo que sucedió en una dimensión diferente, tan lejano a lo que estoy viviendo en este momento que parece como si fuer irreal.
Hace un mes aún estaba yo en Hong Kong, usando el aire acondicionado día y noche, esperando a que comenzara a pasar la temporada de calor húmedo; ahora estoy sentada en el comedor de la casa de Portugal enfundada en una chamarra y con la chimenea prendida para alejar el frío de la noche.
Releyendo esta entrada, trato de recordar los sabores de lo que comí ese día, y no puedo... Demasiado frescos tengo el aceite de oliva, el pescado y las papas que con tanta frecuencia comemos aquí. Tendremos que buscar algún restaurante asiático en Porto o en Vigo para cuando me gane la nostalgia.
En una calle cualquiera en algún rincón de Mong Kok, en el segundo piso de un edificio antiguo, se esconde un restaurante muy especial.
Al salir del elevador, lo primero que llama la atención es la amplitud del local y las coloridas imágenes que adornan las paredes, pero no es ahí que radica lo más característico de este restaurante.
Aquello que lo hace diferente y especial es que es su objetivo es restaurar la dignidad de personas necesitadas o con alguna discapacidad a través de un trabajo digno.
El
restaurante lo conocimos gracias al Padre John, un sacerdote dedicado
de cuerpo y alma a dos grupos vlnerables: los prisioneros en las cárceles de Hong Kong y a
gente que vive en situación de calle. Fue justamente por el voluntariado que
llevó a cabo Ulises en Hong Kong visitando a los prisioneros con un grupo de la iglesia.
La comida -plato fuerte, bebida, postre- se ordena y se paga al entrar al restaurante, y después hay que ir a recogerla en la estación correspondiente cuando esté lista, un sistema bastante común en otros restaurantes de Hong Kong.
El proyecto original de Dignity Kitchen inició en Singapur, por lo que los platillos que sirven son típicos de esa ciudad y de Malasia. Un ejemplo es Laksa, una sopa picante con noodles y camarones, pero también sirven currys, otras sopas con noodles, pastel de pandan (un bizcocho muy ligero con leche de coco de color verde brillante por las hojas de pandan que se le agregan), kaya toast (pan tostado con puré de coco y huevo).Los murales muestras escenas típicas de la vida diarai de Hong Kong, como los pequeños restaurantes callejeros llamados chaa chaa teng, y tradiciones como el baile del león del año nuevo chino o los faolitos del mid-autumn festival.
La última vez que fuimos a este restaurante fue a finales de mayo, cuando nos vimos ahí con Santi para comer.
La última vez que fuimos a este restaurante fue a finales de mayo, cuando nos vimos ahí con Santi para comer.
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