Dignity Kitchen
No sé si a los que dividen su vida entre dos países les pase igual que a mí: cuando estoy en un lugar, pienso en el otro y de repente tengo la sensación de que todo es un sueño, algo que sucedió en una dimensión diferente, tan lejano a lo que estoy viviendo en este momento que parece como si fuer irreal. Hace un mes aún estaba yo en Hong Kong, usando el aire acondicionado día y noche, esperando a que comenzara a pasar la temporada de calor húmedo; ahora estoy sentada en el comedor de la casa de Portugal enfundada en una chamarra y con la chimenea prendida para alejar el frío de la noche. Releyendo esta entrada, trato de recordar los sabores de lo que comí ese día, y no puedo... Demasiado frescos tengo el aceite de oliva, el pescado y las papas que con tanta frecuencia comemos aquí. Tendremos que buscar algún restaurante asiático en Porto o en Vigo para cuando me gane la nostalgia. En una calle cualquiera en algún rincón de Mong Kok, en el segundo piso de un edificio ...