Raclette in the Park
Disfrutando el ferry lento |
Una vez que terminamos las entrevistas, nos regresamos a Mui Wo y pasamos de volada a la casa para recoger a los chicos. Bien forrados porque el pronóstico del tiempo auguraba temperaturas frescas y con un termo lleno de chocolatito caliente nos embarcamos en el ferry lento. Éste tarda casi una hora para cruzar de Mui Wo hacia Hong Kong Island, mientras que el rápido hace la mitad de tiempo.
Pequeño breviario cultural: hace algunos ayeres, los ferrys únicamente salían una vez cada hora, a la hora completa. En vez de tener filas y filas de bancas como el actual, también tenían mesas por lo que era muy fácil platicar y convivir con los demás pasajeros.
Hoy en día, si te da hambre puedes comprar botanitas y refrescos de las típicas maquinitas pero, según lo que me han contado, anteriormente el barco contaba con un pequeño bar donde te despachaban las bebidas, incluída cerveza, y alguna cosa más en forma para comer. Algunos pasajeros llevaban su baraja, un juego de ajedrez o el omnipresente mah jong para pasar el rato y la convivencia era muy agradable.
Regresando a nuestro paseo, ese sábado nos tocó ver algo extraordinario: Con frecuencia, en el malecón de Central hay gente parada con su caña de pescar y en varias ocasiones nos habíamos preguntado si de realmente pescarían algo. En esta ocasión, bajándonos del barco vimos a un grupo de personas rodeando un pescador y volteando al suelo. En el piso se encontraba un calamar enorme que acababan de sacar del agua del puerto. El pobre animal estaba soltando su tinta en un esfuerzo vano para defenderse pero ya no nos quedamos a ver el desenlace. Suponemos que lo metieron a la hielera que tenían preparada para después convertirlo en algún platillo de una cocina local.
Como siempre que trasbordamos, recorrimos el inmenso pasillo que une los muelles con el IFC (International Finance Centre) y los edificios circundantes aunque esta vez no entramos a la estación del metro sino fuimos a la parada del camión en Exchange Square. Éste no es una plaza sino un edificio; en la planta baja hay una terminal de autobuses donde tomamos el número seis dirección Stanley.
En esta ocasión tuve un poco de problema para encontrar el lugar del picnic ya que en la invitación decía: "BBQ area opposite of Parkview at Hong Kong Trail entrance, ! ! ! same spot like last year".
¡Claro! Como estuvimos por acá el año pasado y domino la geografía de los senderos para caminata... Pero preguntando se encuentra y así, sentados en el camión correcto
recorrimos las calles hacia el este, doblamos hacia el sur en Happy Valley y comenzamos a subir la montaña por una calle angostita de dos carriles llenas de curvas. Impresionante la vista desde la planta alta del camión (muy british de dos pisos) hacia el fondo del valle con el hipódromo de Happy Valley en el centro. Pasamos la escuela francesa, el club de tennis y en la parte más alta de la montaña nos bajamos del camión. Desde ahí todavía nos esperaba una caminata de unos diez minutos cuesta arriba hasta la entrada del Tai Tam Country Park, donde fue el evento.
El jamón envuelto en masa. |
Me encantó la vaporera china de dim sum para mantener calientes las papas. |
Aunque nuestro día no terminó ahí: de regreso a Central, la familia se dividió. Santi, Nico, Ulises y yo tomamos el MTR hacia Tung Chung porque estábamos invitados a la fiesta de cumpleaños de Gabriel, hijo de nuestros amigos Yrene y John.
Las niñas por su parte se regresaron a Mui Wo, Ana Paula para trabajar y Andrea para descansar y leer en casa.
Mmm, creo que no les he platicado que Ana Pau consiguió trabajo de mesera en uno de los restaurantes del pueblo... Va martes, jueves y sábados por la tarde hasta la 9:30 de la noche; está muy orgullosa de lo que ha logrado y contenta con su trabajo.
La vista bajando del parque en dirección Happy Valley |
Esta tienda se nos travesó en el camino. |
Observando todo desde el autobús |
Un rascacielos de Hong Kong |
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