Tormenta

Estando en casa de Marissa (piso 29 en uno de los rascacielos cerca de Olympic Station, Kowloon) estuvimos en primera fila para admirar la fuerza de la naturaleza. Llegando el cielo estaba despejado, con una vista preciosa hacia el refugio contra tifones de Yau Ma Tei, Hong Kong Island y Lamma Island. Platicando se nos fue el tiempo hasta que, de repente, vimos que desde el oeste se acercaba una pared blanca que poco a poco fue cubriendo mar, barcos, montañas y edificios.





El viento sacudía árboles y palmeras, poco a poco el blanco fue envolviendo y ocultando barcos, muelles, calles y avenidas hasta llegar a donde estábamos. Desde la ventana ya no se alcanzaba a ver más que las nubes que rodeaban los edificios y las gotas de lluvia escurriendo por el cristal.
En cuanto la tormenta descargó su furia, el veiento limpó los cielos dejándonos nuevamente a disfrutar del paisaje recién lavado.


Y después de la tormenta llega la paz.
El cielo limpio y transparente,
lavado por la intensa lluvia.





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