Una tarde de playa en Mui Wo
Esa tarde no había suficiente viento, pero aún así nos la pasamos increíble esperando a que Santi regresara de su entrenamiento de rugby y Ulises de su vuelo.
--¿Listo, Nico? Yo agarro el papalote y tú corres. A la una, a las dos y ¡a las tres!
-- ¡Más rápido que se cae!
Un velero varado en la arena, esperando un día de más viento para poder zarpar.
Claro, no pueden faltar los aparatos. |
Esto es vida, playa, sol y buena compañía... |
¿Habrá pescado algo? |
Aunque también disfruto mucho no tener que madrugar, con la escuela a cinco minutos caminando las mañanas son más tranquilas y si a los chicos se les olvida algo ya no tengo que salir corriendo a llevárselos a la parada del camión, simplemente regresan a casa por lo que les haga falta.
Como seguramente ya habrán constatado por experiencia propia, todo tiene ventajas y desventajas.
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