Otro bautizo ...

Hace algunos meses escribí acerca de mi amiga Yrene, quien estaba esperando su quinto hijo, y el baby shower que le organizaron sus amigas.

Y, obviamente, después de un baby shower a los pocos meses toca asisitir al bautizo para celebrar la llegada del bebé y recibirlo como miembro de la iglesia.

El programa de la ceremonia.

La misa fue en la Capilla de la Visitación, una capilla pequeñísima que forma parte de la casa en la que viven los sacerdotes encargados de la parroquia. Mientras que para el baby shower estuvo presente Ana Paula, en esta ocasión fue Andrea la que tuvo la suerte de estar aquí y convivir con todos los amigos.

La capilla está decorada de manera sencilla pero elegante, al estilo chino. El sacerdote que ofició, Father Henry, es muy simpático y es originario de las Filipinas. A veces en sus sermones nos habla de sus experiencias en su patria y nos podemos identificar muy bien con él. ¡Hay cosas tan parecidas entre ambos países! Claro que no sorprende, ya que las Filipinas también fueron colonia española durante trescientos años.

Pequeño dato inútil pero interesante: el mapa más antiguo de Manila, capital de las Filipinas, está en la ciudad de Puebla, dibujado en la parte interna de un gran arcón de madera. Si tienen oportunidad de ir, les recomiendo visitar la casa-museo José Luis Bello y González.

Regresando al bautizo: en la liturgia de bautizo hay un momento en que se pide la intercesión de los santos, y en este caso los padres preguntaron a todos los asistentes con algunas semanas de aticipación si habían sido nombrado por algún santo. Por extraño que parezca mi nombre, si existe una santa llamada como yo, aunque mis padres no eligieron el nombre por ese motivo. Según la tradición, esta santa nació en Egipto en el siglo tercero y más adelante llegó a Suiza, donde vivió el resto de su vida como ermitaña. Es venerada por las iglesias católica y ortodoxa.
Para mi marido el asunto estaba un poco más difícil: con un nombre totalmente griego, no existe un santo que se llame igual. Pero en su fe de bautizo dice que lo bautizaron también con el nombre de Julio, aunque ese nombre no aparece en el acta de nacimiento. 

Bueno, pues ahí estábamos en la misa e iba yo oyendo la letanía:
Santa Irene y san Juan / rueguen por nosotros
Santa no se qué y san no sé cuanto / rueguen por nosotros
hasta que llegamos a nosotros:
Oí mi nombre asociado a san Julio y en un momento de despiste me pregunté: ¿y a mí por qué me adjudican a ese tal Julio? Hasta que me acordé de eso de los nombres y me reí de mi misma.
 

Yo te bautizo en el nombre...

La expresión lo dice todo, jeje.

Después de la ceremonia, los papás nos invitaron a su casa a cenar deliciosa comida mexicana y seguir festejando.

La orgullosa madrina con su ahijado, a su lado la no menos orgullosa mamá, y las invitadas.

Y aunque fue toda la familia, sólo tengo una foto con esta preciosura.