Día de la madre

Sé que aún tengo pendiente escribir sobre nuestro viaje a Camboya, en especial sobre Siem Riep / Angkor Wat y la isla de Koh Rong.

Pero primero quiero compartirles cómo festejamos el día de la madre en esta ocasión. México es de los pocos países donde el festejo sigue siendo el día diez de mayo sin importar el día de la semana. En Hong Kong, en cambio, se celebra el segundo domingo de mayo, y este año coincidieron ambos festejos.

Para celebrarme, Uises y los chicos organizaron ir a comer dim sum (según la página de turismo de Hong Kong, esta palabra significa "touch heart", o tocar el corazón) a un pequeño restaurante familiar en Kennedy Town. Desde la calle realmente no llama la atención, pero el dim sum es de los más ricos que hay en la ciudad.

El punto de encuentro fue la salida A de la estación de Kennedy Town del MTR, donde los chicos me recibieron con un ramo de flores, como pueden ver en la siguiente foto: 
Aunque el gobierno no ha decretado que sea obligatorio el uso de los cubrebocas, sí son necesarios para poder entrar a tiendas y restaurantes, por lo que todo mundo los lleva puestos cuando sale a la calle.

¿Qué pedimos en esta ocasión? 
Para comenzar, una jarra de té de jazmín, y para comer una buena variedad de platillos: el típico siu mai (dumplings abiertos rellenos de carne molida y camarón), char siu bao (bollos rellenos de carne de puerco con salsa bbq), har gao (dumplings rellenos de camarón), patas de pollo, xia long bao (dumpling con sopa en su interior), albóndigas de carne de res y patas de pato.

A pesar de que las restricciones por la pandemia del Covid-19 en Hong Kong iniciaron ya desde finales de enero, solamente tuvieron que cerrar los bares y karaokes. Los restaurantes siguieron -y siguen- funcionando normal pero con reglas diferentes: para entrar necesita uno llevar cubrebocas y además te toman la temperatura, y las mesas deben tener una separación de al menos metro y medio. Hasta el viernes pasado sólo podían sentarse máximo cuatro personas en cada mesa, pero como ya llevamos quince días sin que se den casos nuevos del coronavirus, ahora se pueden sentar hasta ocho personas por mesa.

Comimos y comimos, hablamos y hablamos, y la pasamos increíble.  Ya que estuvieron vacías todas las canastitas y se terminara la segunda jarra de té, los chicos se despidieron para tomar el metro de regreso a sus respectivas casas. Están en la recta final del semestre universitario, lo que implica la entrega de proyectos y tareas, y prepararse para sus exámenes finales que comienzan en unos diez días.

Como Ulises y yo no teníamos prisa, decidimos tomar nuestro medio de transporte favorito: el tranvía. 
 
En la zona de Central nos bajamos para ir hacia los muelles, pero antes de tomar el ferry decidimos ir a nuestro café favorito, el Café8, por un café helado y alguno de los deliciosos pasteles que tienen en su menú. En esta ocasión elegí un bizcocho con moras decorado con pétalos de flores.


Cuando vean la siguiente foto seguro que se preguntarán quiénes son las chicas. A decir verdad, no tengo ni idea, jajaja. Ulises y yo estábamos sentados junto al muelle esperando nuestro ferry cuando se nos acercaron para pedir que les tomáramos una foto. Son indias, supongo que han de vivir aquí en Hong Kong, pero hablaban muy poco inglés. Ulises después nos tomó una foto a las tres porque decía que nuestra ropa combinaba bien, jeje.
Para terminar el día, tuvimos una llamada familiar con mi mamá, mi hermana y su esposo y todos los nietos de mi mamá. No es nada fácil compaginar horarios en tres continentes diferentes, pero lo logramos =). Fue la cereza en el pastel de un día muy bien celebrado, en el que no pesó la distancia gracias al amor de familia compartido por medio de una pantalla.

¡Feliz día de la madre!

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