Cheung Chau

Hoy domingo nos fuimos a una isla que se llama Cheung Chau; para llegar tomas un ferry desde Mui Wo y en media hora estás allá. Al principio andábamos un poco desorientados, con mucha gente caminando por el malecón e infinidad de tiendas y restaurantes a lo largo del camino.

Andrea y Nico:
Cuando llegamos moriamos de hambre, asi que fuimos a una tiendita a comprar papitas. Lo que no nos dimos cuenta fue que agarramos unas papitas sabor ALGA!!!
Despues de caminar un rato decidimos comer en un restaurancito.


Comimos rico, pollo con nuez de la india, arroz frito con camarones, pollo al limón y camarones empanizados. Bueno, los camarones tenían un sabor especial, no sabemos con qué los sazonaron pero estaba interesante el sabor.

El restaurante estaba en el muelle, con vista al puerto y como casi todos los restaurentes chinos tiene mesas redondas como para ocho o diez personas. La mesera hablaba muy poco inglés pero era muy simpática, se reía mucho con nosotros y con gestos corroboraba si nos estaba gustando la comida. 
Incluso nos trajo unos dim sum como los que había servido en la mesa de al lado cuando vió que nos llamaron la atención.

En la isla noestán permitidos los coches, la gente usa bicicletas para transportarse pero por el tamaño también se puede recorrer muy bien a pie. Por el calor decidimos explorar sólo una parte de los senderos hacia el sur de la isla y decidimos que cuando regresáramos nos traeríamos las bicicletas.


Lo primero que visitamos fue el templo de Pak Tai; fue construido a finales del S XVIII y está dedicado al dios del mar. Estuvimos un buen rato admirándolo, seguramente cada uno de los detalles e imágenes tienen un significado, como es el caso de las catedrales medievales, 

aunque a nosotros no nos diga nada.


Casi todos los templos y lugares importantes tienen dos leones cuidando la entrada pero frente a este templo hay cuatro. Bueno, eso de que son leones es un decir, no se parecen en nada a Simba, pero igual frente a la iglesia del Calvario en Cuernavaca hay una fuente con "leones" que más buen parecen ranas enormes...


Las puertas laterales que dan acceso a los patios con las fuentes son perfectamente redondas. ¿Alguien sabe por qué?

A cada lado del templo hay una fuente, la de lado derecho con la imagen de un dragón y la de lado izquierdo con un tigre.  

Este dragón está sobre el techo del templo, es impresionante ver con qué cuidado está hecha cada escama del animal.

Esta es la parte principal del templo, al centro tras el crsital está la imagen del dios del mar, y las dos esculturas representan dos generales famosos en la tradición taoista.

A las mujeres nos encantó que en la isla hay muchísimas tiendas para chacharear, es un poco como Tepoztlán pero mucho más grande. Y como no podíamos salir con las manos vacías, nos trajimos unos abanicos (accesorio indispensable con el clima húmedo tropical de esta zona), el sombrero que trae Ana Pau en la foto y un morral multicolor.
La playa del fondo es conocida en Hong Kong porque siempre sopla el viento y es utilizada por los deportistas que practican Windsurf y Kitesurfing.

Esta es la entrada de otro templo con sus dos leoncitos, 

en esta ocasión verdes y chiquitos.

Aquí estábamos en uno de los puntos más altos de la isla, al fondo se puede ver la silueta de Hong Kong Island con sus edificios inmensos. 


Entre el calor y la caminata ya estábamos algo cansados por lo que decidimos volver sobre nuestros pasos en vez de seguir con el paseo y buscar algún local que vendiera Bubble Tea o algo parecido para refrescarnos. 

Recorrimos la calle principal de extremo a extremo, nos sentamos en un cafecito donde nos ignoraron por cinco minutos y luego encontramos un localito donde pedimos, según nosotros y las fotos en el menú, unos flotantes, un té con trocitos de gelatina y unos licuados de papaya y naranja.


El té frío con leche estaba sabroso, los licuados ricos aunque les faltó azúcar, pero lo más increíble fueron los "flotantes": la parte de arriba sí era helado de vainilla, pero el resto del vaso no llevaba Coca Cola sino ¡¡¡frijoles caldositos dulces!!!  


Le hicimos el intento, pero nuestro paladar occidental de plano no sabe apreciar estas combinaciones.