Mid-Autumn Festival

Los tradicionales Moncakes
Uno de los festivales más importantes del año chino es el Mid-Autumn Festival, dedicado a la luna por lo que cada año cae en oro día.
En esa fecha las familias se reúnen para cenar juntos, siempre al aire libre para admirar a la luna, prenden farolitos y comparten Mooncakes. Los pastelitos tradicionales llevan un relleno de pasta de semilla de loto o de ajonjolí negro y yemas de huevo de pato, símbolo de la luna. Otras versiones tienen una cubierta blanca y el relleno es de pasta de frijol dulce o de ajonjolí, sin yemas.
Nosotros el día del festival (12 de septiembre) primero nos dimos una vuelta por la playa, donde estaba la gente haciendo parrillada y los niños corriendo por la arena con los bastoncitos de colores que brillan en la oscuridad. 
Los chicos se quedaron ahí porque se encontraron unos compañeros de la escuela, mientras Ulises y yo nos fuimos a Luk Tei Tong, otra zona de Mui Wo. Estaba la fiesta en grande, en la plaza central habían montado una pequeña tarima rodeada de asadores. El boleto costaba $50 Hong Kong Dollars e incluía toda la comida, refrescos, cerveza y una rifa. 
Para prender el carbón, pasaban dos señores con un soplete, el tanque de gas montado en un carrito. Luego repartieron la comida, una palangana de plástico con carne, salchichas, calamares, albódigas de carne y de pescado de donde cada quien tomaba lo que se le antojaba y lo ponía a cocinar sobre el fuego. 



Mientras cenábamos, en el estrado podía uno participar en diferentes concursos, intercalados con canciones en vivo, y al final de todo hubo la gran rifa. Había un poco de todo: comida, electrodomésticos, computadoras y unas cinco o seis bicicletas, una de las cuales me la gané yo. Me dio un poco de pena porque me sentía como si me hubiera colado a la fiesta, pero pues me la aguanté y al final de la noche nos regresamos Ulises y yo a la casa como novios de pueblo: él manejando la bici y yo sentada en el portaequipajes.
En el camino de vuelta nos encontramos a varias familias lanzando unos globos aerostáticos de papel, en realidad no están permitidos por el riesgo de incendios y accidentes, pero por aquí como que la gente no se lo toma tan en serio. En Hong Kong Island, en cambio, son muy estrictos y solamente hay farolitos con focos y pilas.







Ahora no sé bien qué hacer con la bici, de por sí ya parecía que tenemos una tienda con la seis que todas las noches están paradas frente a la puerta de la casa.
Los chicos opinan que la guardemos para cuando recibamos visita, así ya tienen su transporte asegurado.

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