Carreras de caballos

Las carreras de caballos son parte integral de la vida de muchos de los habitantes de Hong Kong. De septiembre hasta principios de julio, los aficionados se dan cita en cualquiera de los dos hipódromos: los miércoles por la noche en Happy Valley y los fines de semana en Sha Tin. Aquellos que no pueden asistir en persona, van a cualquiera de las sucursales del Hong Kong Jockey Club, donde pueden colocar sus apuestas y seguir las carreras por televisión.
Cada año, la Asociación Suiza junto con la Cámara de Comercio Suiza de Hong Kong organizan un evento en el hipódromo de Happy Valley: rentan una sala, ofrecen una cena deliciosa y te diviertes viendo las carreras.  Y para aprovechar las últimas semanas de Ana Paula en Hong KOng, el 5 de junio fuimos ella y yo a las carreras de caballos. Al principio habíamos planeado ie Ulises y yo con ella, y también habíamos invitado a nuestros amigos JD e Yrene. A fin de cuentas, tanto Ulises como JD ese día tuvieron que trabajar, así que fuimos solamente las mujeres. 

Un pequeño "acordeón"
para ayudar a elegir por qué caballo
apostar que hay en todas las mesas.

¡En ésta sí ganamos!

En mi vida había yo apostado, pero el personal con mucha paciencia nos explicó el mecanismo y las diferentes modalidades de apuestas (que ya se me olvidaron, así por favor no me pidan que les trate de explicar), y nos animamos a apostar en algunas de las carreras. Con el que mejor nos fue se llamaba Speedy González, que nos latió simplemente por el nombre, pero ya después comenzamos a perder lo poco que habíamos ganado Yrene y yo.

La primera salida es a las 7:15 de la noche y la carrera dura cuando mucho diez minutos. La siguiente es media hora después, y así hasta completar las ocho (¿o eran nueve carreras?) programadas. De lo que entendí, los caballos son cada vez mejores, así que el último encuentro de la noche es el más emocionante y en el que más se apuesta. 

Ana Paula, Yrene y yo nos la pasmos muy contentas, aunque extrañando a nuestros maridos. A ver si en otra ocasión regresamos, pero ya no a la parte reservada sino a la zona de entrada general.