Visita
Nuevamente tuvimos el gusto de ver a un amigo de Ulises, Aldo, a quien conoce desde los tiempos de Mexicana.
En esta ocasión lo llevamos a pasear a uno de nuestros lugares favoritos en Hong Kong, Nan Lian Garden y Chi Lin Nunnery, del que ya les he platicado con anterioridad.
Nos tocó un día de fines del otoño precioso, fresco y soleado, con todas las buganvilias del jardín floreando, muy agradable para recorrer los caminos y admirar las plantas, rocas y construcciones del jardín y el convento.
Quisimos comer en el restaurante vegetariano que hay en el lugar, pero llegamos demasiado tarde y solamente ofrecían el menú de la hora del té: Té de jazmín acompañado de tres piezas de dim sum. Deliciosos, eso sí, aunque con el hambre que traíamos nada más nos sirvió de botana antes de continuar el recorrido.
En el convento se estaba llevando a cabo algún tipo de ceremonia frente a la figura del Buda más importante por lo que no podía uno acercarse. Primero vimos a una monja budista, vestida de gris y con la cabeza rapada como es su costumbre, haciendo reverencias al Buda. Comenzó parada frente a la estatua, luego caminó unos pasos a la derecha, otros hacia el frente, vuelta a su dreceha nuevamente, otra vez hacia el altar y de regreso a la posición original, formando un cuadrado con su caminar, antes de volver a inclinarse frente a la estatua. Este circuito lo repitió varias veces mientras que a su izquierda unas cuatro o cinco personas rezaban en voz baja siguiendo las indicaciones de un folleto que tenían en las manos.
Algo que me llamó mucho la atención fueron dos piracantos bonsai que tenían en el patio de los estanques de loto: los tenían enjaulados protegiendo las frutas rojas, no sé si contra los pájaros o contra la gente. Recuerdo que en casa de mis papás en Cuernavaca una de las bardas estaba cubierta de piracantos y de vez en cuando nos comíamos las frutitas aunque no nos gustaban mucho, tenían un aire de tejocotes secos con consistencia harinosa.
Hablando de comida, saliendo del jardín fuimos al centro comercial que está a un lado y comimos unas deliciosas sopas con fideos chinos antes de regresar, nosotros a nuestra casa y Aldo al hotel. Siempre nos da mucho gusto cuando recibimos visitas y vemos caras conocidas en estas tierras tan lejanas de México.
En esta ocasión lo llevamos a pasear a uno de nuestros lugares favoritos en Hong Kong, Nan Lian Garden y Chi Lin Nunnery, del que ya les he platicado con anterioridad.
Nos tocó un día de fines del otoño precioso, fresco y soleado, con todas las buganvilias del jardín floreando, muy agradable para recorrer los caminos y admirar las plantas, rocas y construcciones del jardín y el convento.
La entrada al patio de los lotos |
En el convento se estaba llevando a cabo algún tipo de ceremonia frente a la figura del Buda más importante por lo que no podía uno acercarse. Primero vimos a una monja budista, vestida de gris y con la cabeza rapada como es su costumbre, haciendo reverencias al Buda. Comenzó parada frente a la estatua, luego caminó unos pasos a la derecha, otros hacia el frente, vuelta a su dreceha nuevamente, otra vez hacia el altar y de regreso a la posición original, formando un cuadrado con su caminar, antes de volver a inclinarse frente a la estatua. Este circuito lo repitió varias veces mientras que a su izquierda unas cuatro o cinco personas rezaban en voz baja siguiendo las indicaciones de un folleto que tenían en las manos.
Algo que me llamó mucho la atención fueron dos piracantos bonsai que tenían en el patio de los estanques de loto: los tenían enjaulados protegiendo las frutas rojas, no sé si contra los pájaros o contra la gente. Recuerdo que en casa de mis papás en Cuernavaca una de las bardas estaba cubierta de piracantos y de vez en cuando nos comíamos las frutitas aunque no nos gustaban mucho, tenían un aire de tejocotes secos con consistencia harinosa.
Hablando de comida, saliendo del jardín fuimos al centro comercial que está a un lado y comimos unas deliciosas sopas con fideos chinos antes de regresar, nosotros a nuestra casa y Aldo al hotel. Siempre nos da mucho gusto cuando recibimos visitas y vemos caras conocidas en estas tierras tan lejanas de México.
Al igual que ustedes, siempre me gusta llevar a turistear a cualquier visita que se de la vuelta por este rincón de Asia. Sin embargo, nunca los he llevado al jardín ni al monasterio de monjas budistas que son excelentes opciones para turistear.
ReplyDeleteUn abrazo y lo mejor para el 2014! Feliz año nuevo!