Voluntariado en Crossroads
Concentrados revisando una lámpara. |
Aquella ocasión que fuimos a la fundación Crossroads para el taller de BlindXperience vimos que existe la posibilidad de hacer trabajo voluntario; solamente es necesario registrarse en su página de internet, un proceso sencillo que hicimos al poco tiempo.
Aprovechando que los chicos tuvieron algunos días feriados en octubre y noviembre, fuimos en tres ocasiones a ayudar en lo que se ofreciera.
La primera ocasión nos mandaron al departamento de electrónicos, donde nos dividieron. A Santiago, Nicolás, Ulises y a mí nos tocó revisar los diversos aparatos que reciben en donativo. Andrea, por su parte
Primero teníamos que revisar el cordón, que no estuviera roto o maltratado; luego había que revisar el aparato que estuviera en buen estado y tuviera todas las piezas. Finalmente había que probarlo, clasificarlo (por ejemplo si es nuevo o usado, o el tipo de corriente que requiere) e inventariarlo con ayuda de un formato de papel.
¿Sirve o no la tetera eléctrica? |
Andrea, por su parte, transcribía la información recabada en papel a la computadora.
Ulis y Santiago trabajaron juntos y encontraron algo completamente inútil para Hong Kong -y que aparte no tenía nada que ver con electrónicos-: una perforadora de hielo a gasolina, de las que usan en Canadá o Mongolia o Siberia para perforar el hielo en los lagos, colocar una caña de pescar y ganarse la cena del día.
Las tres horas que estuvimos se nos pasaron de volada; cuando nos dimos cuenta era hora de irnos, los chicos se fueron a su grupo juvenil y Ulises y yo a cenar en un restaurante en la zona de Gold Coast.
La segunda vez fuimos del huracán que azotó las Filipinias, devastando grandes zonas y dejando sin hogar a cientos de miles de personas. En esa ocasión nos asignaron al departamento de ropa, donde revisamos, clasificamos y reempacamos en cajas más pequeñas blusas, camisas, suéteres ligeros, vestidos, pantalones... Cada caja llevaba una etiqueta describiendo el contenido (ropa para hombre o mujer, partes de arriba o de abajo, para verano o invierno), cuántas piezas lleva y el destino final.
Una, dos y tres ¡a empezar! |
Barrimos y barrimos toda la mañana y después hicimos la comida de medio día (a las 12:30 pm, horario normal de Hong Kong) Hacía hambrita después de tanto movimiento y el arroz, las alitas de pollo y la ensalada nos supieron deliciosos. La tarde regresamos al departamento de ropa deonde clasificamo, contamos y reempacamos cientos de chanclas que iban a las Filipinas. Creo que debemos de haber llenado unas treinta cajas, cada una con un promedio de 25 chanclas.
Al final del día, regresamos a casa cansados pero muy satisfechos por la labor realizada. Ahora que los chicos estén de vacaciones de Navidad, tenemos programado ir al menos en dos ocasiones más. ¿Quién se apunta para acompañarnos?
Comments
Post a Comment