Amaneciendo

La segunda mañana en la casa nueva nos despertamos muy temprano y decidimos subr a la azotea a tomar el fresco. Nos subimos una jarrita de té de jazmín y nos sentamos a contemplar el paisaje que nos rodea. Aquí les dejo las fotos para que vean uno de los motivos por los que decidimos mudarnos:

 Este texto lo escribo ya de noche, sentada en la misma azotea, compartiendo queso, pan y cerveza con Ulises mientras los chicos disfrutan de un helado. Eso sí, en esta temporada ni se les ocurra tratar de pasar un rato entre las ocho de la mañana y cinco de la tarde acá si no quieren morir derretidos. ¡Qué lugar más agradable para un rato de convivencia familiar!

PD: Para todos los que se preguntan dónde quedaron las muchas cajas de libros, están estacionadas en los descansos de la escalera. El cubo de la escalera forma parte de nuestra casa y tiene espacio suficiente como para colocar libreros y anaqueles angostos en los descansos, Pero tendrán que esperar hasta después de las vacaciones de verano.