Tai O: Segunda parte de la caminata al Buda
El día que hicimos la caminata al Buda, decidimos que comeríamos en Tai O, el pueblo pesquero que se encuentra al otro lado de la montaña. Del Buda a Tai O son siete kilómetros, así que pensamos que sería mejor opción bajar en camión. Pero cuando vimos la cola, optamos por subirnos a un taxi. De todos modos, siendo fin de semana, hay veces que conviene más tomar un taxi si son tres o cuatro personas las que van juntas.
Llegando al pueblo, después de pasearnos por las calles buscando un lugarcito diferente, acabamos en un restaurante chino en el que ya habíamos comido alguna vez. Santiago no nos acompañó a la caminata porque le dolía mucho la cabeza. Aunque hizo el intento de subir a la montaña con nosotros, se regresó a la casa donde se durmió un buen rato. Lo bueno es que se recuperó lo suficiente como para alcanzarnos en Tai O.
Entre los platillos que pedimos estaban nuestros "clásicos": calamares con apio y zanahorias y flat noodles con carne de res. Esta vez probamos además camarones con ajo asado y carne de res al estilo Guanzho. Quedamos muy satisfechos con la comida, fue suficiente, sabrosa y aceptable de precio.
Ya con la pancita llena nos fuimos a caminar por Tai O, siguiendo los callejones y mirando los diversos negocios y tiendas que nos encontrábamos en el camino. Lo que más se vende en este pueblo pesquero son, obviamente, pescados y mariscos, pero frescos, sino secos, como pueden ver en la foto arriba. Camarones y calamares se alternan con pescado de todos tamaños, callo de hacha, almejas y mejillones. También venden una pasta de camarón fermentado que perfuma con su intenso aroma todo el pueblo, en especial en temporada de calor.
Cuando vamos a zonas más tradicionales siempre buscamos comer egg balls de postre, unas bolitas hechas de una masa muy parecida a la de los waffles, sólo que se cuece en un molde especial que hace que se infle la masa, quedando ligeramente inflada y deliciosamente crujiente por fuera.
Por ser año nuevo chino, nos tocó encontrarnos al león bailando por las calles, comiéndose la lechuga con la ofrenda que cuelga afuera de casas y negocios. Es fácil saber dónde anda el león porque siempre va acompañado de una banda con tambores y platillos.
Para el regreso a casa nos armamos de paciencia. Nuestro plan original era tomar el ferry que va de Tai O a Tung Chung varias veces al día, pero por ser feriado ya no había boletos disponibles. Así que tuvimos que hacer cola para el camión por unos cuarenta minutos, con todo y que los autobuses salían cada cinco a diez minutos.
Llegando al pueblo, después de pasearnos por las calles buscando un lugarcito diferente, acabamos en un restaurante chino en el que ya habíamos comido alguna vez. Santiago no nos acompañó a la caminata porque le dolía mucho la cabeza. Aunque hizo el intento de subir a la montaña con nosotros, se regresó a la casa donde se durmió un buen rato. Lo bueno es que se recuperó lo suficiente como para alcanzarnos en Tai O.
Entre los platillos que pedimos estaban nuestros "clásicos": calamares con apio y zanahorias y flat noodles con carne de res. Esta vez probamos además camarones con ajo asado y carne de res al estilo Guanzho. Quedamos muy satisfechos con la comida, fue suficiente, sabrosa y aceptable de precio.
Ya con la pancita llena nos fuimos a caminar por Tai O, siguiendo los callejones y mirando los diversos negocios y tiendas que nos encontrábamos en el camino. Lo que más se vende en este pueblo pesquero son, obviamente, pescados y mariscos, pero frescos, sino secos, como pueden ver en la foto arriba. Camarones y calamares se alternan con pescado de todos tamaños, callo de hacha, almejas y mejillones. También venden una pasta de camarón fermentado que perfuma con su intenso aroma todo el pueblo, en especial en temporada de calor.
Cuando vamos a zonas más tradicionales siempre buscamos comer egg balls de postre, unas bolitas hechas de una masa muy parecida a la de los waffles, sólo que se cuece en un molde especial que hace que se infle la masa, quedando ligeramente inflada y deliciosamente crujiente por fuera.
Heaven in a bag? Famous Hong Kong egg balls. |
Un detalle del templo. |
Una escena de Tai O |
En el cafecito donde hicimos escala para tomar algo y descansar los pies mientras disfrutábamos la vista al canal principal que divide al pueblo en dos. |
Por ser año nuevo chino, nos tocó encontrarnos al león bailando por las calles, comiéndose la lechuga con la ofrenda que cuelga afuera de casas y negocios. Es fácil saber dónde anda el león porque siempre va acompañado de una banda con tambores y platillos.
Para el regreso a casa nos armamos de paciencia. Nuestro plan original era tomar el ferry que va de Tai O a Tung Chung varias veces al día, pero por ser feriado ya no había boletos disponibles. Así que tuvimos que hacer cola para el camión por unos cuarenta minutos, con todo y que los autobuses salían cada cinco a diez minutos.
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