De mis otras obligaciones en la escuela

Aparte de dar mis clases normales, cuando es época de exámenes también me toca preparar el salón y vigilar a los alumnos mientras que están presentando el examen. La primeras dos fotos son del salón preparado para las semestrales de primero de prepa.

Las siguientes tres fotos muestran el salón de usos múltiples preparado para un examen oficial de Cambridge International Examinations. Hay todo un protocolo, bastante detallado, de cómo llevar a cabo todo el procedimiento. Por ejemplo, los exámenes oficiales llegan a la escuela en sobres sellados, que se deben mantener en un lugar seguro hasta el día del examen. El profesor responsable debe abrir el paquete cuando esté dentro del salón o aula donde se llevará a cabo el examen; en cada pupitre se debe colocar el número asignado al candidato respectivo, quienes a un lado deben colocar su credencial de la escuela para verificar su identidad.

Aunque parece que es de noche, era media mañana pero estaba a punto de caer un aguacero.

En la mesa están todas las instrucciones para los profesores vigilando el examen. Hay una serie de frases que se deben decir al inicio y al final como "Sólo se podrá salir al baño después de una hora después de iniciado el examen y a más tardar 15 minutos antes de que termine". O sea, que si el examen dura una hora y cuarto o menos, nadie puede salir al baño.

En el pizarrón hay que marcar de qué examen se trata, la hora de inicio y la hora en que termina.

Vigilar exámenes se me hace de las cosas más aburridas que hay; hay que estar dando vueltas por el aula, nada de traer el celular en mano, leer un libro o seguir con mi tejido. Es más, en las instrucciones dice que en ningún momento les des la espalda a los chicos.

Los chicos deben entrar en el orden del número que les han asignado; los celulares y relojes inteligentes se quedan afuera del salón.  

Otra cosa que no me hace muy feliz son las juntas. Más o menos cada quince días tenemos reunión del departamento de lenguas modernas; una vez al mes hay una junta general de todo el personal académico y dos o tres veces al año tenemos sesiones de desarrollo profesional. Bueno, la última vez no estuvo nada mal porque la escuela contrató una empresa para que organizara juegos que fomentan el trabajo en equipo. 

El primer juego fue algo que por acá se llama "Bubble Football": tratas de jugar futbol metido en una enorme bola transparente, llena de aire. Aunque no parezca, después de un rato la espalda se cansa de estar cargando, pero es muy gracioso ver lo fácil que es caerse cuando chocas con alguien más.

Después de correr y correr por la cancha de futbol nos tocó pasar a la zona de tiro con arco: dividieron nuestro grupo en tres equipos y la meta era tirar cuatro círculos de madera que se encontraban al centro entre las  dos líneas de refugios.

Los siguientes juegos ya estuvieron mucho más enfocados a resolver cosas en equipo por lo que no tengo fotos. Estaba muy ocupada tratando de mantener en el aire una pelota que debía rebotar en una pequeña plataforma y que controlábamos por medio de unas cuerdas.

También nos pararon en los bloques de hule que se usan para hacer yoga, una persona por bloque formando una fila, y luego la primera y la última debían intercambiar lugar sin tocar el piso. ¡Toda una aventura, sobre todo que uno de ellos era el profesor de educación física, que mide como dos metros de alto!

La tarde se me pasó de volada, a diferencia de las veces que tenemos que hacer análisis o presentar resúmenes. Ojalá que hagan este tipo de sesiones más seguido.