Un fin de semana extraordinario

Mientras en México se prepraban para celebrar el día del maestro, nosotros pasamos un fin de semana extraordinario, un verdadero bálsamo para nuestros corazones.
En esta primera entrada me voy a enfocar solamente en lo que viví el sábado por la mañana, y voy a hablar mucho sobre historia de Hong Kong, que se me hace fascinante. A veces pienso que erré de profesión y pude haber sido buena profesora de historia o hasta una guía de turistas, jaja. Si a ustedes no les interesa, nada más échenle un ojo a las fotos de Shan Kei Wan y esperen la siguiente entrada, donde les platicaré con detalle sobre aquello que nos llenó el corazón a Ulises y a mí.

Enlace a las fotos para aquel que prefiere saltarse el rollo  =)

Pero ya estuvo bueno de advertencias: ¡Empecemos con la narración!

Para mí este apapacho al alma empezó el sábado por la mañanita, cuando Nico y yo nos levantamos temprano, él para ir a King´s Park a jugar un torneo de rugby y yo para ir al otro extremo de Hong Kong, a Shau Kei Wan. 

Más o menos cada seis meses organizo una caminata (guiada por un historiador) para la asociación de suizos de Hong Kong y en esta ocasión decidí qie visitaríamos esta zona al este de la isla de Hong Kong. Me tardé alrededor de una hora y cuarto en llegar, pero como hacía mucho que no iba para allá, no estaba segura del tiempo necesario y se me hizo temprano.

En lo que esperaba a los demás participantes, me salí de la estación del metro y me fui a dar una vuelta. Me  hubiera encantado toparme con una sucursal del Pacific Coffe o de Starbucks para comprarme algo para despabilarme, pero lo que encontré en mi camino fue mucho más interesante: el mercado con sus diversos puestos de carnes, pescados, frutas y verduras. Visto desde lejos podría yo estar en cualquier mercado mexicano, aunque por acá se encuentran otro tipo de frutas y, sobre todo, verduras. Hasta te gritan igual cuando pasas enfrente, aunque no sé cuál será el equivalente en cantonés del "¡Pásele güerita! ¡Barato, barato!"

En mi vuelta también se me atravesó una farmacia china con serpientes y lagartijas disecadas en el escaparate (¡no dejen de ver las fotos! El enlace está al final del texto.)

En uno de los tantos puentes peatonales de HK.
A las nueve en punto estábamos todos los participantes y Jason, Wordie, nuestro guía, comenzó el recorrido llevándonos hacia la zona que está cerca de la montaña, donde también se encuentran los edificios más antiguos. Aquí comenzó por explicar que en Shau Kei Wan a finales del siglo XIX había una cantera de donde se obtenía granito para las construcciones de la ciudad y también contaba con una marina donde los pescadores podían guarecerse en caso de un tifón. Desde aquella época y hasta nuestros días es la sede del mercado de pescado y mariscos al mayoreo, aunque hoy en día la mayoría del pescado viene de lejos, de Vietnam o las islas Mauricio, y la compra-venta está controlada por las triadas, que es como se llama la mafia local.

Un poco de verde en medio del cemento.
Muchos de los edificios en esa área fueron construidos en los años cincuenta y sesenta, y en esa época se vendían tanto los departamentos como los locales comerciales. Estas construcciones se hicieron pensando en una vida útil de unos cuarenta o cincuenta años, y muchas no han recibido un buen mantenimiento porque no tienen una asociación de condóminos que las administre. Por lo mismo no están en muy buen estado de conservación y en la mira de las constructoras, quienes compran cuadras completas para tirar los edificios y construir nuevos. 

Sólo que ahora han aprendido que es mejor quedarse con una parte de los departamentos y los locales comerciales, porque las rentas son muy elevadas y les dan buenas ganacias. Esto transforma el panorama urbano ya que antes, al ser dueñas de su local, se mantenían las pequeñas tiendas familiares pero en cuanto hay que pagar renta solamente las cadenas tienen la capacidad de generar suficientes ingresos como para cubrir sus gastos.

Después de esta explicación, subimos un cerro cubierto de vegetación que se ha resistido a ser urbanizado. Esto se debe a que durante mucho tiempo formó parte de las defensas de Hong Kong, y los antiguos cuarteles militares ahora son un centro vacacional. En la parte superior del cerro se pueden visitar las ruinas de las instalaciones de defensa antiaérea de la segunda guerra mundial, donde nuestro guía nos platicó sobre la invasión japonesa y el rol de Hong Kong durante la Segunda Guerra Mundial.

Algunos guías de turistas equivocadamente dicen que los japoneses utilizaban los ganchos que se ven en la parte superior de la foto para colgar a sus prisioneros. La realidad es que los soldados ingleses dormían en literas colgadas de las paredes. Durante el día, las levantaban y atoraban en los ganchos para tener más espacio en sus habitaciones, que eran pequeñitas.


De ahí bajamos nuevamente a la zona antigua con la idea de visitar los diferentes templos dedicados a las deidades taoistas, pero descubrimos que había varias calles cerradas y llenas de gente por el festejo del cumpleaños del Buda. Por donde volteara uno había dragones y leones bailando, bandas con tambores y platillos, ruido y gente. A pesar de que se estaba festejando el  cumpleaños del Buda, los dragones y leones bailaban frente a los diferentes templos taoístas del barrio. Hay uno dedicado a Tin Hau, la diosa del mar; otro a Tam Kung, el dios que da protección y seguridad en el mar; uno más, el de Shing Wong, protege a la ciudad... De acuerdo con nuestro guía, los chinos son pragmáticos y para asegurar la buen fortuna y no hacer enojar a las otras deidades festejan el cumpleaños del buda visitando todos los templos. ¿Cómo ven?





Comments

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  2. Muy buenas fotos! Tendré que darme la vuela a Shau Kei Wan durante el próximo cumpleaños del Buddha. Por cierto, en los mercados de Hong Kong lo equivalente a "güero, güera" es "leng jai, leng leui", que significan "guapo, guapa". Saludos!

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