Fin de semana en Macao

El mismo día que Nico fue a la comptencia de la olimpiada de robótica, Santi se la pasó explorando las opciones que ofrece la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong (HKUST), una de las mejores universidades de Hong Kong. El 24 de septiembre fue el día de puertas abiertas y con otros tres amigos, Enrique, Lavisha y Maggi, Santi investigó sobre la oferta educativa, los planes de estudio, los requisitos de admisión... También entró a varias pláticas y dejó sus datos en la facultad de ingeniería, diciendo que está interesado en la carrera de seguridad de sistemas.

Y mientras los chavos estaban ocupados con sus actividades escolares, Ulises y yo nos escapamos a Macao por el fin de semana. Por la mañana primero tomamos el metro hasta la terminal de los ferries, donde descubrimos que aquí también existe la reventa: si querías, podías tomar el siguiente ferry, pagando el sobreprecio, o podías hacer la fila normal y salir algunas horas más tarde. Lo mejor siempre es comprar los boletos por anticipado en Internet para evitar angustias y corajes. 

En el camino nos tocó ver algo poco común: un ferry para vehículos; normalmente los trasbordadores que unen las diferentes zonas de Hong Kong son solamente para pasajeros.

Llegando a Macao, decidimos irnos caminando desde la terminal hasta el depa que habíamos rentado, para así irnos dando una idea de la ciudad.  

Obvio que lo primero que salta son los casinos que llenan la orilla de la avenida; un poco más adelante nos topamos ya con edificios residenciales y con comercios y antes de llegar a la ciudad vieja decidimos echarle un vistazo al Gran Lisboa, un hotel con casino que sobresale como si fuera una llama dorada sobre el horizonte.

De todas las decoraciones en el lobby, lo que más nos llamó la atención fue esta escultura de la Gran Muralla China, hecha del colmillo de un mamut. A lo largo de la muralla hay cientas de pequeñas escenas con personas, casas, templos, árboles, nubes... Más de diez artesanos diferentes trabajaron durante seis años para crear esta maravilla que mide más de dos metros de largo y alto. ¡Qué cantidad de dinero se debe mover en los casinos para que puedan decorar así sus instalaciones!
 
Después de admirar el lujo y la ostentación del casino, nos fuimos al centro histórico de Macao a comer en un pequeñísimo restaurante portugués que le habían recomendado a Ulises, que por cierto estuvo delicioso. Los callejones irregulares que suben y bajan las colinas de la ciudad ofrecen muchos detalles a los caminantes: casonas viejas, plazas con fuentes, muros decorados con azulejos, iglesias pequeñas y grandes... Y por todos lados, turistas chinos tomando fotos, hablando a gritos, siguiendo la banderita de la guía de turistas. Hemos decidido que debemos regresar, pero entre semana, para poder callejonear con tranquilidad y visitar lo que nos quedó pendiente de este fin de semana.

Por la tarde tomamos un camión a la zona de Cotai, en el sur de Macao, donde se encuentran los casinos más grandes y nuevos, entre ellos el Venetian y el Parisian, que buscan recrear el ambiente de estas dos famosísimas ciudades. 
 
 

La vista desde el depa hacia la zona de Cotai.
A diferencia de Las Vegas, casi no hay shows en los casinos, aunque el lujo y la ostentación son impresionantes. Cada casino tiene un enorme centro comercial con las mismas tiendas de lujo. Supongo que algo deben de vender, aunque vimos a poca gente dentro de los negocios.
Otro de los casinos tiene un teleférico que da la vuelta a una enorme fuente y lleva a los posibles clientes de la calle a la entrada del hotel.
¿Venecia? No, sólo uno de los casinos de Macao.

El Venetian Macao no sólo tiene un canal en la parte de enfrente, sino también en el interior, en la zona del centro comercial.
Ya se me estaba olvidando algo de lo mejor que vimos ese fin de semana:  uno de los espectáculos más famosos de Macao: "The House of Dancing Water". El escenario es una enorme pileta de agua de la que aparecen y desaparecen los personajes y la escenografía que va desde un canal en algún lugar de Asia hasta un barco pirata.

https://www.thehouseofdancingwater.com/

Los asientos de las primeras filas tienen una pequeña bolsa con un impermeable para que los espectadores se puedan proteger de los chorros de agua que saltan y caen y son parte de la historia.

Las acrobacias y la destreza en el agua de los actores  es de admirarse, y hacen un muy buen uso de humo y luces para aparecer y desaparecer de repente.

La única parte que no nos gustó, y que sentimos que no venía al caso, es una escena donde el agua desaparece y un grupo de conductores hace acrobacias en sus motocicletas, subiendo y bajando rampas y saltando de un lado al otro con sus máquinas.
 



El domingo por la mañana seguimos explorando la ciudad vieja. Primero subimos hacia las ruinas de la iglesia de San Pablo, una iglesia construida por los Jesuitas y de la que sólo queda la fachada. De ahí nos seguimos al fuerte que se encuentra en la cima de cerro y alberga el museo de Macao.

Más tarde nos fuimos a una zona menos visitada por los turistas donde visitamos "la casa del Mandarín", una antigua casa construida al estilo chino y que ha sido restaurada cuidadosamente, para terminar en otro restaurante portugués donde nuevamente comimos delicioso.

Definitivamente nos quedamos con ganas de regresar, y de traer a los chavos también. Hay muchos rincones lindos para explorar y disfrutar. 

Más fotos del fin de semana 





El patio de entrada de "La casa del Mandarín".

Comments

  1. Ojalá Santi se anime a entrar a HKUST, es muy buena escuela!
    Por cierto, Macao me encanta!! Cada que voy es a pasear por sus edificios viejos y a buscar comida portuguesa. Solo voy a los casinos cuando voy con visitas que quieren conocerlos. Saludos!

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