Viaje a Sichuan: Jin Tang Children's Home

Todos los años, durante la penúltima semana de clases hay un programa especial para los alumnos, que varía dependiendo del grado en el que se encuentren. 

Los chicos de 3o de secundaria y 1o de prepa tienen una semana de servicio social, ya sea en Hong Kong o en el extranjero, por ejemplo Tailandia, las Filipinas o Taiwan.


Al final de este callejón se encuentra la residencia. 
Y no, no es el edificio de tres pisos que ven al fondo
En esta ocasión, la escuela organizó el servicio social en un destino nuevo: Sichuan, China.  Como me interesa mucho conocer más de China, aproveché esta oportunidad para viajar de una forma diferente a lo que normalmente hacemos en familia.

Para acompañar al grupo de veinte chicos de Hong Kong íbamos cuatro profesores. Dos de ellos, Alchian Au y Cleo Wong, hablan mandarín, y casi como agregadas culturales fuimos la otra profesora de español, Catuxa, y yo.

Algunos de los chicos de HK llegando a nuestro destino.

El primer día fuimos al Jin Tang Children's Home, donde también nos quedamos a dormir. En esta residencia se alojan unos 25 chicos de entre 6 y 12 años de edad para poder asisitir a la escuela. Como en los pueblos de donde son originarios no hay posibilidad de asisitir a una institución educativa, tienen que venir hasta la ciudad para completar su educación.

El edificio de la residencia es sencillo. Como pueden ver en las fotos hay un patio al centro rodeado por una cochera, las habitaciones, algunos salones y la cocina y el comedor. 

El patio de la residencia. A la izquierda están los salones. Tomé la foto desde la escalera que lleva segundo piso, donde seguramente se encuentran los dormitorios, pero no me fui a asomar.

Había estado lloviendo muy fuerte en el trayecto del aeropuerto de Chengdu a la ciudad de Jin Tang, pero por suerte paró cuando llegamos. El autobús nos dejó sobre la avenida principal, y de ahí caminamos unos cincuenta metros por un callejón que me recordaba un poco a los pueblos en México.

Otra vista de los edificos. La parte cercada del patio la usan como huerta con maíz, calabazas, tomates, ejotes, jengibre...

Una de las primeras cosas que noté de Jin Tang es que es un lugar con un nivel de humedad en el aire muy elevado. Por los mismo, los pisos de todas las habitaciones estaban ligeramente húmedos, así que no podías caminar descalzo. Y nada de aire acondicionado, sólo tienen ventiladores para refrescar un poco. Me gustaría saber cómo hacen para que la ropa, los muebles y los libros no se llenen de moho...

La parte amarilla del lado derecho de la foto son el comedor y la cocina.
Los chicos preparando el material para pintar los salones.
Una vez medio instalados, los alumnos se dividieron en dos grupos. Uno de ellos preparó la cena, los tradicionales dumplings, y la otra mitad de los alumnos pintó las paredes de un salón y una sala de juntas.
 
  


Yo me apunté en equipo de cocina, y descubrimos que hacer dumplings tiene su chiste. La cocinera ya tenía preparados los rellenos, uno con carne de cerdo y col, y otro con una mezcla de verduras, ya que varios de nuestros alumnos no comen carne. Algunos por convicción y otros por su religión. Por ejemplo, los chicos musulmanes no comen carne de cerdo, y la res o el pollo deben ser halal, es decir, que el animal se mata bajo la supervisión de un imam siguiendo ciertas reglas.


Bueno, regresando a los dumplings: no es tan fácil poner la cantidad justa de relleno con ayuda de unos palillos chinos, doblar la masa, formar el dumpling con los plieges requeridos, dejar los bordes bien sellados para que no se salga el relleno durante la cocción y doblar ligeramente las esquinas para que se mantengan "parados" en la vaporera. 

Al menos llenamos seis de estas vaporeras con los dumplings; estos tan bonitos son obra de la cocinera.

Parece que los círculos de masa que usan para los dumplings ya los compran hechos, venían en bolsas de plático, muy acomodados, un poco como cuando compramos los sopes .Obviamente esto facilita el trabajo, aunque sí nos tomó un rato preparar suficiente comida para unas cincuenta personas.

En lo que esperábamos a que se cocinaran los dumplings para la cena, los chicos tuvieron tiempo libre que aprovecharon para jugar ping pong, basket o badminton en el patio con los niños de la residencia.
El resultado de nuestro trabajo.

Para acompañar los dumplings había dos salsas, una de soya y otra de chile, y los famosos "spring onions", es decir, los tallos de las cebollas picados. La verdad quedaron muy rico, jeje.

Por cierto, la comida se Sichuan tiene fama de ser muy picante, aunque viniendo de México la mayor parte de lo que nos sirvieron no estaba tan picoso. Debo aclarar que aparentemente no usaban el chile más fuerte para nosotros. Sería interesante hacer una prueba compararlo con nuestro chile habanero, a ver qué dicen.

En este salón se llevaron a cabo las actividades con los chicos.        






 Ya desde Hong Kong habíamos dividido a los alumnos en cuatro equipos, cada uno responsable de organizar actividades para un grupo de estudiantes chinos.

El primer equipo era el responsable de organizar las actividades para la residencia, por lo que después de la cena nos reunimos todos en el salón grande para jugar algunos juegos con los que los chicos pudieran aprender y practicar un poco de inglés. El tiempo se pasó volando y luego nos acomodamos para dormir.
Todos los chicos y el profesor Au se acomodaron en este salón grande, extendiendo unas colchonetas delgadísimas en en suelo. Las chicas compartieron otro salón que estaba un poco más lejos, también durmoendo en el suelo, y las profesoras tuvimos el lujo de tener una habitación con cama y baño individual.

Debido al calor, los chicos dejaron abiertas todas las puertas y ventanas del salón, y en algún momento se metió un murciélago en su habitación.

Nosotras no escuchamos nada, pero el profesor Au dijo que hubo gritos y carreras y varios intentos de sacar al pobre murciélago de la habitación antes de el animal se saliera solo, por lo que todos los chicos estaban bastante desvelados a la mañana siguiente.

Otro reto para alumnos y profesores fueron los baños. Normalmente éstos no cuentan con asientos, como estamos acostumbrados en occidente, sino que hay que ponerse de cuclillas para utilizarlos.

Algo que nos llamó la atención a Catuxa y a mí es que los chicos son responsables de mantener limpia su casa. Por ejemplo, barrieron y trapearon el salón que íbamos a utilizar y se había ensuciado entre tantos chicos entrando y saliendo con los zapatos mojados. También barrieron el patio después de la lluvia, quitando hojas y secando los charcos.

Para terminar los dejo con una selección de fotos que tomé ese día. 
Los típicos termos que se encuentran por todos lados.


Parece que estas vasijas las utilizan para almacenar arroz.
Jugando a las canicas.


Un mapamundi con China al centro.


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