Macao
A finales de enero Ulises y yo fuimos a Macao para celebrar nuestro aniversario. En esta ocasión decidimos "estrenar" el nuevo puente que une a Hong Kong con Zhuhai (China) y Macao, y quedarnos a dormir por allá para tener más tiempo para explorar más.
Para aprovechar los días, nos levantamos tempranito para tomar el autobús de Mui Wo a Tung Chung, donde cambiamos al autobús B6 que lleva a la zona de migración y aduana y que se llama, simplemente, Hong Kong Boundary Crossing Facilities. El edificio me gustó bastante, con techos muy altos y curvos que dejan entrar mucha luz natural, todo construido en una isla artificial a un lado del aeropuerto de Hong Kong. Después de ver cómo en esta ciudad con tan poco espacio crean tierra donde antes había mar, no entiendo bien eso de que era imposible construir el aeropuerto en Texcoco... Pero eso es otro tema que no da tiempo comentar aquí y además es bastante controvertido.
En enero todavía era poca la gente que elegía la opción para viajar a Macao en autobús, prefiriendo el ferry desde Central o Kowloon, aunque cada vez es mayor su número. Por lo mismo fue muy sencillo comprar nuestro boleto en la máquina correspondiente, pagando con la maravillosa Octopus, pasar migración y abordar el autobús hacia Macao.
Me hubiera encantado que nos tocara uno de los double-deckers pero no tuvimos suerte; es más, ya ni siquiera nos tocó sentarnos juntos, sino uno atrás del otro pero -eso sí- pegados a la ventana.
El puente inicia en la isla artificial, rodea el aeropuerto dejando la isla de Lantau a la izquierda y luego se enfila hacia el oeste para cruzar el delta del río Perla. Como muestra la siguiente foto, pudimos ver con claridad la zona de los hangares de los aviones de carga.
Más adelante el puente se convierte en un túnel bajo el mar; no crean que me agrada mucho la idea de estar encerrada en un tubo a no sé cuántos metros debajo del agua. Bueno, ni los túneles en las montañas son muy de mi agrado, pero me aguanto los nervios cerrando los ojos. Esto además evita que me maree.
Pero antes de poner a prueba mis nervios, me tocó ver algo extraordinario. Iba yo asomada a la ventana, observando el mar, cuando de repente vi algo rosa y curvo entre las olas. Primero pensé que era algún tipo de basura plástica, hasta que me di cuenta que era uno de los famosos delfines rosas que viven en las aguas del delta. Desgraciadamente son una especie que está en riesgo de desaparecer debido a la pérdida de hábitat por construcción, al ruido y movimiento de los barcos, y a la contaminación del agua por basura y fertilizantes.
La foto de arriba muestra la entrada al túnel. La distancia total que recorrimos fueron 55 km, de los cuales 6.75 km corresponden al túnel, como pueden ver en el mapa siguiente.
Es una obra impresionante, aunque me pregunto si realmente era necesaria esa inversión cuando Hong Kong tiene problemas inmensos respecto a disponibilidad de vivienda barata para su población.
Nuestro hotel quedaba a un extremo de la Praia de Há Sác, en la zona sur de Macao, cerca de Coloane y del área de los casinos. Por lo mismo, llegando a Macao, después de pasar migración, tuvimos que tomar otro autobús hacia el muelle de los ferrys, donde esperamos el shuttle del hotel. En total fueron unas tres horas de puerta a puerta, pero para llegar al centro de Macao es mucho más sencillo y rápido.
Como pueden ver en las fotos, el hotel no es precisamente muy moderno, pero disfrutamos de la tranquilidad y amplitud de las instalaciones.
El primer día, después de dejar nuestras maletas en el hotel, nos fuimos a explorar la zona de Taipa, donde hay unas casas museo. Para mi pesar solamente una de ellas todavía está amueblada mientras que las otras las han adaptado como galerías. También entramos al Templo I Leng, donde encontramos un palanquín que usan en las procesiones para llevar la imagen de la diosa por las calles de Taipa.
Por cierto que todavía en los años 40 Taipa y Coloane eran dos islas donde sólo había algunos pueblos de pescadores. Pero con el paso del tiempo y el desarrollo, rellenaron el espacio entre ellas para formar el Cotai Strip, que es la zona donde su ubican la mayoría de los casinos y los grandes hoteles. Hacia allá dirigimos nuestros pasos al final del primer día. Antes de compartirles algunas fotos de ese mundo de fantasía les dejo dos mapas: Macao alrededor de los años 50 del siglo pasado, con sus dos islas al sur, y cómo es en la actualidad.
Ya en la zona del Cotai Strip, que es donde se ubican muchos delos grandes casinos, es impresionante ver cómo han creado un mundo de fantasía. Una parte de la fachada de The Venetian es una copia de un palacio de Venecia, frente al cual colocan una copia de la famosa torre de San Marcos. Al interior de la zona comercial se puede pasear a lo largo de un canal con todo y góndolas. El casino de Studio City se inspira en el Hollywood de los años 30 y 40, y The Parisian, como ya lo dice su nombre, está inspirado en la Ciudad Luz, con una torre Eiffel en miniatura frente a la entrada principal.
Para aprovechar los días, nos levantamos tempranito para tomar el autobús de Mui Wo a Tung Chung, donde cambiamos al autobús B6 que lleva a la zona de migración y aduana y que se llama, simplemente, Hong Kong Boundary Crossing Facilities. El edificio me gustó bastante, con techos muy altos y curvos que dejan entrar mucha luz natural, todo construido en una isla artificial a un lado del aeropuerto de Hong Kong. Después de ver cómo en esta ciudad con tan poco espacio crean tierra donde antes había mar, no entiendo bien eso de que era imposible construir el aeropuerto en Texcoco... Pero eso es otro tema que no da tiempo comentar aquí y además es bastante controvertido.
En enero todavía era poca la gente que elegía la opción para viajar a Macao en autobús, prefiriendo el ferry desde Central o Kowloon, aunque cada vez es mayor su número. Por lo mismo fue muy sencillo comprar nuestro boleto en la máquina correspondiente, pagando con la maravillosa Octopus, pasar migración y abordar el autobús hacia Macao.
Me hubiera encantado que nos tocara uno de los double-deckers pero no tuvimos suerte; es más, ya ni siquiera nos tocó sentarnos juntos, sino uno atrás del otro pero -eso sí- pegados a la ventana.
El puente inicia en la isla artificial, rodea el aeropuerto dejando la isla de Lantau a la izquierda y luego se enfila hacia el oeste para cruzar el delta del río Perla. Como muestra la siguiente foto, pudimos ver con claridad la zona de los hangares de los aviones de carga.
Más adelante el puente se convierte en un túnel bajo el mar; no crean que me agrada mucho la idea de estar encerrada en un tubo a no sé cuántos metros debajo del agua. Bueno, ni los túneles en las montañas son muy de mi agrado, pero me aguanto los nervios cerrando los ojos. Esto además evita que me maree.
Pero antes de poner a prueba mis nervios, me tocó ver algo extraordinario. Iba yo asomada a la ventana, observando el mar, cuando de repente vi algo rosa y curvo entre las olas. Primero pensé que era algún tipo de basura plástica, hasta que me di cuenta que era uno de los famosos delfines rosas que viven en las aguas del delta. Desgraciadamente son una especie que está en riesgo de desaparecer debido a la pérdida de hábitat por construcción, al ruido y movimiento de los barcos, y a la contaminación del agua por basura y fertilizantes.
La foto de arriba muestra la entrada al túnel. La distancia total que recorrimos fueron 55 km, de los cuales 6.75 km corresponden al túnel, como pueden ver en el mapa siguiente.
Es una obra impresionante, aunque me pregunto si realmente era necesaria esa inversión cuando Hong Kong tiene problemas inmensos respecto a disponibilidad de vivienda barata para su población.
Nuestro hotel quedaba a un extremo de la Praia de Há Sác, en la zona sur de Macao, cerca de Coloane y del área de los casinos. Por lo mismo, llegando a Macao, después de pasar migración, tuvimos que tomar otro autobús hacia el muelle de los ferrys, donde esperamos el shuttle del hotel. En total fueron unas tres horas de puerta a puerta, pero para llegar al centro de Macao es mucho más sencillo y rápido.
Como pueden ver en las fotos, el hotel no es precisamente muy moderno, pero disfrutamos de la tranquilidad y amplitud de las instalaciones.
El primer día, después de dejar nuestras maletas en el hotel, nos fuimos a explorar la zona de Taipa, donde hay unas casas museo. Para mi pesar solamente una de ellas todavía está amueblada mientras que las otras las han adaptado como galerías. También entramos al Templo I Leng, donde encontramos un palanquín que usan en las procesiones para llevar la imagen de la diosa por las calles de Taipa.
A mí me encanta explorar las calles y callejones de toda ciudad que visitamos y Taipa me encantó con sus recovecos, sus callejones peatonales y sus casas pintadas de colores brillantes.
¿27 años de casados harán que califiquemos para vivir en esta calle? |
A la hora de la comida nos vimos con un compañero de trabajo de Ulises y su esposa. Él es portugués, de una ciudad al norte que se llama Valença, y ella es de Galicia, pero llevan ya varios años viviendo en Macao. Para variar comimos bacalao, una de las especialidades de la cocina portuguesa, y no paramos de hablar el tiempo que pasamos juntos; ambos son muy simpáticos y espero que tengamos oportunidad de volver a verlos pronto.
Después del café, tomamos un autobús que nos llevó hasta Coloane, que se encuentra en el extremo suroeste de Macao.
Es una zona donde todavía hay casas tradicionales, callejones peatonales y un malecón cuyas bancas tienen vista al río que separa a Macao de Shenzhen, China.
Por cierto que todavía en los años 40 Taipa y Coloane eran dos islas donde sólo había algunos pueblos de pescadores. Pero con el paso del tiempo y el desarrollo, rellenaron el espacio entre ellas para formar el Cotai Strip, que es la zona donde su ubican la mayoría de los casinos y los grandes hoteles. Hacia allá dirigimos nuestros pasos al final del primer día. Antes de compartirles algunas fotos de ese mundo de fantasía les dejo dos mapas: Macao alrededor de los años 50 del siglo pasado, con sus dos islas al sur, y cómo es en la actualidad.
Ya en la zona del Cotai Strip, que es donde se ubican muchos delos grandes casinos, es impresionante ver cómo han creado un mundo de fantasía. Una parte de la fachada de The Venetian es una copia de un palacio de Venecia, frente al cual colocan una copia de la famosa torre de San Marcos. Al interior de la zona comercial se puede pasear a lo largo de un canal con todo y góndolas. El casino de Studio City se inspira en el Hollywood de los años 30 y 40, y The Parisian, como ya lo dice su nombre, está inspirado en la Ciudad Luz, con una torre Eiffel en miniatura frente a la entrada principal.
Tanto pasear por los casinos y no me acerqué ni siquiera a las máquinas. Debo confesarles que soy incapaz de apostar, me causa un nivel de ansiedad inmenso, así que simplemente veo a los demás arriesgar su dinero. Por cierto que en Macao hay mesas donde la ficha mínima es de 1000 dólares de Hong Kong, alrededor de unos 2,500 pesos mexicanos.
Saben cómo llamar la atención... |
En una de las siguientes entradas les platicaré del segundo día en Macao. =)
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