Viaje a Sichuan: Jin Tang YMCA school (secundaria) y asilo de ancianos
Ésta es una de las entradas al blog que se me quedó en el tintero durante el verano. Aquí les pongo el enlace para la segunda entrada narrando el viaje a Sichuan:
Para refrescar su memoria, jeje
El tercer día de nuestra estancia en Jin Tang, a nuestros alumnos les tocó trabajar con un grupo de unos cuarenta alumnos de secundaria. La meta de las actividades era enseñarles un poco más de inglés, y ayudarles a practicar este idioma.
Nuestros chicos decidieron presentarles vocabulario relacionado con los alimentos, utilizando flash cards con imágenes de diferentes frutas, veduras y alimentos como carne, pan, queso, etc.
Para ello dividieron a los chicos en equipos de diez, y después de enseñarles las palabras los retaban para ver quién recordaba los nuevos términos.
Para la segunda actividad, los chicos tuvieron que hacer algo que se llama running dictation: Los equipos estaban sentados alrededor de una mesa, con una hoja en blanco y una pluma frente a ellos. En el pizarrón al frente del auditorio había una hoja con un texto en inglés, usando frases sencillas.
En cada turno, uno de los miembros del equipo debía ir al frente del auditorio, leer parte del texto, memorizar esas palabras, y después regresar con su equipo y escribir lo que recordara. Una vez que terminaba, le tocaba al siguiente integrante pasar al frente, leer, memorizar y regresar a escribir, hasta que el equipo hubiera copiado el texto completo.
Después de la comida, fuimos a visitar un asilo de ancianos ubicado en las afueras de Jin Tang, en una zona montañosa rodeada de vegetación.
Ahí los chicos jugaron bingo con los ancianos, una buena práctica para decir los números en mandarín. Lo curioso es que en el asilo había principalmente hombres, sólo vi a una o dos mujeres camino al salón donde se llevó a cabo la actividad.
La mayoría de estos ancianos ya no tienen familia con quien vivir, ya sea porque no tuvieron descendientes o porque sus hijos viven lejos, en alguno de los grandes centros industriales de China a donde ha emigrado mucha gente en busca de mejores oportunidades.
Aunque no hablo ni una sola palabra de mandarín, pude observar que la visita de los chicos de Hong Kong les gustó a los ancianos, y que disfrutaron jugando bingo y tratando de llevarse alguno de los pequeños premios que llevaban los chicos para los ganadores de la ronda en turno.
Ese día por la noche, el director de la escuela secundaria invitó a todo el grupo a cenar a un restaurante que sirve comida típica de Sichuan, famosa por el chile que le agregan a casi todo. Y como en todo banquete chino sirvieron y sirvieron y sirvieron platillos de todo tipo. Lo más exótico fue una entrada de pancita de res cortada en tiras muy finas y que se come con una salsa picante. Aquí va la foto:
Para refrescar su memoria, jeje
El tercer día de nuestra estancia en Jin Tang, a nuestros alumnos les tocó trabajar con un grupo de unos cuarenta alumnos de secundaria. La meta de las actividades era enseñarles un poco más de inglés, y ayudarles a practicar este idioma.
Nuestros chicos decidieron presentarles vocabulario relacionado con los alimentos, utilizando flash cards con imágenes de diferentes frutas, veduras y alimentos como carne, pan, queso, etc.
Para ello dividieron a los chicos en equipos de diez, y después de enseñarles las palabras los retaban para ver quién recordaba los nuevos términos.
El chico que tenía el balón debía decir una de las palabras nuevas, y luego lanzarlo a un compañero para que repitiera y agregara una nueva. |
En cada turno, uno de los miembros del equipo debía ir al frente del auditorio, leer parte del texto, memorizar esas palabras, y después regresar con su equipo y escribir lo que recordara. Una vez que terminaba, le tocaba al siguiente integrante pasar al frente, leer, memorizar y regresar a escribir, hasta que el equipo hubiera copiado el texto completo.
Después de la comida, fuimos a visitar un asilo de ancianos ubicado en las afueras de Jin Tang, en una zona montañosa rodeada de vegetación.
Ahí los chicos jugaron bingo con los ancianos, una buena práctica para decir los números en mandarín. Lo curioso es que en el asilo había principalmente hombres, sólo vi a una o dos mujeres camino al salón donde se llevó a cabo la actividad.
La mayoría de estos ancianos ya no tienen familia con quien vivir, ya sea porque no tuvieron descendientes o porque sus hijos viven lejos, en alguno de los grandes centros industriales de China a donde ha emigrado mucha gente en busca de mejores oportunidades.
Aunque no hablo ni una sola palabra de mandarín, pude observar que la visita de los chicos de Hong Kong les gustó a los ancianos, y que disfrutaron jugando bingo y tratando de llevarse alguno de los pequeños premios que llevaban los chicos para los ganadores de la ronda en turno.
Ese día por la noche, el director de la escuela secundaria invitó a todo el grupo a cenar a un restaurante que sirve comida típica de Sichuan, famosa por el chile que le agregan a casi todo. Y como en todo banquete chino sirvieron y sirvieron y sirvieron platillos de todo tipo. Lo más exótico fue una entrada de pancita de res cortada en tiras muy finas y que se come con una salsa picante. Aquí va la foto:
Cuando llegó el postre nos llevamos una sorpresa porque era una bola enorme de masa dulce frita cubierta de ajonjolí. ¡Estuvo deliciosa auqnue un poco difícil de romper en trozos y comer con palillos chinos!
Parece que ya quedan pocos cocineros capaces de preparar este platillo tradicional y es una de las especialidades del restaurante a donde nos llevaron.
Para acompañar la comida nos sirvieron una bebida caliente. Auqnue parecía té, en realidad se trata de una infusión que se prepara con una semilla. Por cierto que nunca pude averiguar el nombre en inglés, pero a Catuxa y a mí nos gustó tanto que decidimos tratar de comprar un paquete para llevar a Hong Kong en cuanto tuviéramos una oportunidad.
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