Arte urbano
Como no hay museos abiertos y procuro no subirme al metro mas que lo indispensable, he tratado de poner más atención en las pequeñas y grandes obras de arte escondidas por toda la ciudad.
Como muestra les comparto lo que encontré al caminar por una nueva sección del malecón que va desde Central hasta Wan Chai.
El domigo pasado, camino a la iglesia, iba yo disfrutando de la caminata y observando quiénes eran los valientes que andaban por la calle sin cubrebocas cuando me topé con este letrero apoyado en el barandal:
En el letrero se puede leer: "Within 50 steps, you will see two transparent tiles carrying a miniature art pieces. Can you find it?" (Los errores no son míos, ¿eh?)
O sea, que a 50 pasos del cartel hay dos ladrillos transparentes con obras de arte miniatura. Si no hubiera visto el letro, me hubiera seguido de largo sin descubrir estos ladrillos: ¿qué necesidad hay de voltear hacia el suelo si éste es completamente plano y la vista hacia Victoria Harbour no deja de impresionarme?
Bueno, a fin de cuentas no encontré dos sino tres miniaturas incrustadas en el malecón y, como pueden ver en la foto, por el tamaño es muy fácil no verlas:
La primera parece ser la sala de uno de los minúsculos departamentos típcos de esta ciudad. En la mesa hay libros de texto, un lápiz y una goma y un cuaderno con la tarea a medio terminar.
El siguiente ladrillo parece ser un pequeñísimo balcón donde alguien acaba de hacer una pausa en la elaboración de los letreros que se colocan a las entradas de las casas durante el año nuevo chino:
Y el último muestra una habitación justo antes de la Navidad, con el arbolito puesto con sus esferas y luces, los regalos envueltos y las tarjetas con los buenos deseos para las fiestas a medio escribir.
Como muestra les comparto lo que encontré al caminar por una nueva sección del malecón que va desde Central hasta Wan Chai.
El domigo pasado, camino a la iglesia, iba yo disfrutando de la caminata y observando quiénes eran los valientes que andaban por la calle sin cubrebocas cuando me topé con este letrero apoyado en el barandal:
En el letrero se puede leer: "Within 50 steps, you will see two transparent tiles carrying a miniature art pieces. Can you find it?" (Los errores no son míos, ¿eh?)
O sea, que a 50 pasos del cartel hay dos ladrillos transparentes con obras de arte miniatura. Si no hubiera visto el letro, me hubiera seguido de largo sin descubrir estos ladrillos: ¿qué necesidad hay de voltear hacia el suelo si éste es completamente plano y la vista hacia Victoria Harbour no deja de impresionarme?
Bueno, a fin de cuentas no encontré dos sino tres miniaturas incrustadas en el malecón y, como pueden ver en la foto, por el tamaño es muy fácil no verlas:
La primera parece ser la sala de uno de los minúsculos departamentos típcos de esta ciudad. En la mesa hay libros de texto, un lápiz y una goma y un cuaderno con la tarea a medio terminar.
Y el último muestra una habitación justo antes de la Navidad, con el arbolito puesto con sus esferas y luces, los regalos envueltos y las tarjetas con los buenos deseos para las fiestas a medio escribir.
Me encantó que las tres escenassugieren la idea de que el personaje principal se ha ausentado por un instante y está a punto de volver a su tarea interrumpida.
En el primer ladrillo me imagino a una chica (o chico) de primaria, vestido aún con su uniforme de escuela, aunque ya sin la molesta corbata, haciendo una pausa ante la interminable tarea de chino, para la que tiene que practicar los caracteres una y otra vez.
En mi mente, la segunda escena está habitada por un señor ya canoso, quien trata de mantener viva una tradición milenaria amenazada por la imprenta y el vertiginoso ritmo de vida actual donde no cabe la espera.
Y en el tercer ladrillo es la madre de familia quien se ha levantado un momento de la mesa porque su chiquillo se ha despertado; tiene que asegurarse que se vuela a dormir y no descubra los regalos hasta la mañana siguiente.
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