El año de la rata
Muy probablemente ésta habrá sido la última ocasión en que hayamos celebrado el año nuevo chino en Hong Kong.
¿Por qué lo digo? Si sumamos el nuevo coronavirus a las constantes protestas de los últimos seis meses, el resultado es una severa afectación a la economía de Hong Kong. La ciudad tiene fma de ser el principal centro financiero de Asia, pero la segunda industria en importancia es la turística. Es por ello que los sectores que más han sentido las repercusiones son la hotelería, los restaurantes y la aviación.
Ya desde finales del año pasado Hong Kong Airlines pidió a sus empleados que se tomaran al menos dos días de permiso sin goce de sueldo por mes, de noviembre a febrero. También han estado promoviendo que los pilotos puedan irse a otras líneas áreas, sobre todo en el medio oriente; han despedido a pilotos que han tenido algún tipo de incidente o problema en los adiestramientos; y no están renovando los contratos que llegan a su fecha de vencimiento.
Ulises cumple 60 años a finales de septiembre de este año, y ese día se vence su contrato con la línea aérea. Aunque por ley se puede seguir trabajando como piloto hasta los 65, anteriormente la empresa renovaba los contratos anualmente para los pilotos entre los 60 y los 65. Contando con eso, que habíamos planeado en una renovación para quedarnos hasta abril/mayo del 2021 en Hong Kong.
Pero ♬ así es la vida de caprichosa ♬ o, como reza otro dicho muy cierto: El hombre propone y Dios dispone.
Es una sensación extraña ir caminando por las calles sabiendo que los días de darnos una vuelta a los Nan Lian Gardens, ir a comer un delicioso Pho vietnamita o desyunar dim sum si así se nos antoja, están contados. Definitivamente voy a extrañar esta loca ciudad, tan ruidosa, tan llena de gente, tan organizada al mismo tiempo.
Voy a extrañar el metro y los autobuses, los ferries y los tranvías, su limpieza y puntualidad. Me va a hacer falta la comida, el dim sum en todas sus variedades -sobre todo las patas de pollo, jeje, y los cha siu bao-, el té que es delicioso no importa dónde lo tomes, los tea eggs, el pato rostizado. Y no sigo porque son muchos los platillos que me encantan.
Quiero compartir algunas imágenes de cómo se adornó la ciudad para recibir al año de la rata para poder regresar a ellas cuando me entre la nostalgia, igual como busco fotos de México cuando extraño.
Obviamente nunca pueden faltar los faroles rojos de todos los tamaños, éstos se encuentran en la Lee Tung Avenue en Wan Chai:
En todos los mercadillos hay varios puestos que venden los adornos para las casas, incluyendo los sobres para el lai see, y todo siempre en rojo y dorado.
Hasta en la tienda de Swatch se puede adquirir un reloj conmemorativo del año de la rata, de edición limitada:
No sólo las calles se llenan de color, las entradas de los edificios se pintan principalmente de rojo y dorado y siempre habrá varios arbolitos llenos de mandarinas y al menos un durazno en flor. Para que se den una idea, aquí están unas fotos de la entrada de Sunlight Tower en Wan Chai, con un esquema de color un poco diferente:
Obviamente el aeropuerto también se cubrió de ratas -bueno, en mi opinión tienen más parecido con ratoncitos:
Tic Tac, tic tac... Corre el tiempo y me siento frustrada porque hay tantos rincones a los que quiero regresar, otros que no conozco todavía, y no puedo ir por el coronoavirus que nos mantiene en casa la mayor parte del tiempo.
Ya desde finales del año pasado Hong Kong Airlines pidió a sus empleados que se tomaran al menos dos días de permiso sin goce de sueldo por mes, de noviembre a febrero. También han estado promoviendo que los pilotos puedan irse a otras líneas áreas, sobre todo en el medio oriente; han despedido a pilotos que han tenido algún tipo de incidente o problema en los adiestramientos; y no están renovando los contratos que llegan a su fecha de vencimiento.
Ulises cumple 60 años a finales de septiembre de este año, y ese día se vence su contrato con la línea aérea. Aunque por ley se puede seguir trabajando como piloto hasta los 65, anteriormente la empresa renovaba los contratos anualmente para los pilotos entre los 60 y los 65. Contando con eso, que habíamos planeado en una renovación para quedarnos hasta abril/mayo del 2021 en Hong Kong.
Pero ♬ así es la vida de caprichosa ♬ o, como reza otro dicho muy cierto: El hombre propone y Dios dispone.
Es una sensación extraña ir caminando por las calles sabiendo que los días de darnos una vuelta a los Nan Lian Gardens, ir a comer un delicioso Pho vietnamita o desyunar dim sum si así se nos antoja, están contados. Definitivamente voy a extrañar esta loca ciudad, tan ruidosa, tan llena de gente, tan organizada al mismo tiempo.
Voy a extrañar el metro y los autobuses, los ferries y los tranvías, su limpieza y puntualidad. Me va a hacer falta la comida, el dim sum en todas sus variedades -sobre todo las patas de pollo, jeje, y los cha siu bao-, el té que es delicioso no importa dónde lo tomes, los tea eggs, el pato rostizado. Y no sigo porque son muchos los platillos que me encantan.
Quiero compartir algunas imágenes de cómo se adornó la ciudad para recibir al año de la rata para poder regresar a ellas cuando me entre la nostalgia, igual como busco fotos de México cuando extraño.
Obviamente nunca pueden faltar los faroles rojos de todos los tamaños, éstos se encuentran en la Lee Tung Avenue en Wan Chai:
En todos los mercadillos hay varios puestos que venden los adornos para las casas, incluyendo los sobres para el lai see, y todo siempre en rojo y dorado.
No sólo las calles se llenan de color, las entradas de los edificios se pintan principalmente de rojo y dorado y siempre habrá varios arbolitos llenos de mandarinas y al menos un durazno en flor. Para que se den una idea, aquí están unas fotos de la entrada de Sunlight Tower en Wan Chai, con un esquema de color un poco diferente:
Obviamente el aeropuerto también se cubrió de ratas -bueno, en mi opinión tienen más parecido con ratoncitos:
Tic Tac, tic tac... Corre el tiempo y me siento frustrada porque hay tantos rincones a los que quiero regresar, otros que no conozco todavía, y no puedo ir por el coronoavirus que nos mantiene en casa la mayor parte del tiempo.
Comments
Post a Comment